Un proyecto que propone que se soterren 2,6 kilómetros de vía y se establezcan seis líneas de tranvía

Aunque el Plan de Movilidad puede variar alguno de los renglones escritos en el proyecto que Feve y el PSOE presentaron casi al unísono en campaña, el proyecto «se mantiene», según reseñó el alcalde, Francisco Fernández, quien fue cauto y no puso en su boca más cifras que la que refleja el beneficio directo de la integración: «un tercio de la población» verá desaparecer la barrera que divide los barrios del norte de la ciudad. Para subsanar esta situación, el proyecto habla de soterrar 2,6 kilómetros de vía estrecha en su entrada a la ciudad. La vía desaparecerá de la superficie en su llegada al nuevo apeadero que se desarrollará para dar servicio al campus de Vegazana, en la trasera del barrio de La Asunción, y no desembocará en los terrenos de la actual terminal, donde queda por definir cómo se encarará la transformación para cumplir con los requisitos de la iniciativa. El espacio ganado lo ocupará después de las obras una senda verde y equipamientos de ocio, que forman parte de los beneficios que obtendrá la ciudad, entre los que se cuenta también la posibilidad de prolongar los viales que hasta ahora mueren en la vía y mantinene incomunicados los barrios de la zona norte. Como complemento, el proyecto que defienden los rectores municipales y la compañía ferroviaria diseña una red de tranvía con seis líneas, que unirá la estación de Matallana con la del AVE por todo el centro y que llegará a las zonas de Eras de Renueva-Plaza de San Marcos, Armunia-Pinilla, Puente Castro-Guzmán y El Ejido-Plaza de Santo Domingo.