La UPA cree que la medida no es eficaz y sólo responde a un efecto mediático

La organización agraria UPA considera que la quema de rastrojos, tal como la lleva a cabo la Junta de Castilla y León, «no garantiza eficacia alguna» en la lucha contra los topillos, ya que «responde más a un efecto mediático que a lograr la efectividad que exigen los agricultores». UPA de Castilla y León, en un comunicado, criticó ayer que las quemas «no se llevan a cabo de forma homogénea, ya que el sistema de hacerlas en islotes no garantiza eficacia alguna». La teoría de la ineficacia del fuego que defiende UPA se comparte en las comarcas del sur de León que observan con recelo la actividad en las provincias castellanas y pronostican que acentuarán la llegada de más ratones al regadío. La organización agraria acusa a la consejería de Agricultura de no contabilizar como afectada «ni una sólo hectárea de regadío, ni de viñedo ni un altísimo porcentaje de superficie de herbáceos», ya que en su día no se solicitó ayuda alguna dado que con las condiciones que recoge la normativa publicada los agricultores no tenían posibilidad de acogerse a las mismas, añaden las mismas fuentes. Quemas homogéneas Por otro lado, tras «más de diez meses conviviendo con la plaga», UPA no se explica como las quemas controladas no se llevan a cabo de forma homogénea, ya que el sistema de hacerlo en islotes «no garantiza eficacia alguna». Por ello la organización lamenta el modo de actuación de las quemas controladas experimentales y de forma aislada, ya que «responde más a un efecto mediático que a lograr la efectividad que exigen los agricultores para acabar con la plaga», según el comunicado emitido por la organización que insiste en la escasa eficacia de las quemas emprendidas.