Diario de León

| Reportaje | En la brecha |

Perlas de Valporquero

Carlos Ruiz y Santiago Portas rememoraron ayer el descubrimiento hace cuarenta años del único acceso vertical que aún existe para entrar a las cuevas

Publicado por
José A. Barrio Planillo - valporquero
León

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Fue un hecho histórico. Carlos Ruiz Charli y Santiago Portas Tiago, de 60 y 63 años de edad respectivamente, volvieron a descender por el único acceso vertical que existe a las Cuevas de Valporquero: la Sima de Perlas, cuarenta años después de que ellos mismos lo descubrieran, cuando se encontraban haciendo espeleología con un grupo de amigos. «Nos conocimos cuando teníamos quince años practicando atletismo en Madrid y le inculqué en la aventura y el hormigueo de la espeleología y, durante casi ocho años, practicábamos ya marchas desde Vegacervera a Cármenes, donde pasábamos varios días y dormíamos en tienda de campaña», recuerda Tiago emocionado. Con el paso del tiempo y conociendo más el terreno, llegaron a descubrir allá por el año 1.967, un mismo día como ayer, 10 de agosto, el único acceso vertical que tiene la cueva, la llamada Sima de Perlas. «Descendimos cerca de 140 metros con escala de travesaños de madera y aluminio y, encima, sin asegurar», bromea sonriendo Charli. Tardaron cerca de ocho horas en discurrir por el trazado a pesar de las grandes dificultades orográficas del terreno, pero dicen que mereció la pena, y mucho. Un permiso para siempre Charli y Tiago recuerdan que tras el descenso se encontraron precisamente con el entonces vicepresidente de la Diputación, Argüello, que se encontraba en Valporquero en un acto con gentes de Valladolid y Oviedo con el objetivo de fomentar la cueva. Pero de aquella hazaña que «habíamos logrado, la Diputación nos envió una carta de agradecimiento por el descubrimiento, donde nos decían que podíamos entrar a la cavidad siempre que quisiéramos». Lo más importante, aseguran, es lo que «habíamos conseguido el encontrar el camino vertical para acceder a la cueva, que nadie antes había hecho». Y esta premisa es lo que verdaderamente les importa a estos dos «espeleólogos clásicos», que, después de repetir el descenso, reconocen que la espeleología ha sufrido una experimentación brutal». Como si de aquel 10 de agosto del año 1967 se tratara, Charli y Tiago se prepararon desde primeras horas de la mañana para bajar de nuevo a la Cueva de Valporquero, donde habían descubierto la Sima de Perlas y aguantaron hasta el final, igual que sus dos maestros de ceremonia, que les acompañaban: Raul y Roberto, dos jóvenes miembos del colectivo «guheko. com», empresa de turismo activo que organiza los cursos de aguas subterráneas en la misma Cueva de Valporquero. Ayer tardaron alrededor de cuatro horas con material ya sofisticado y solamente notaron algún síntoma de cansancio, lógico de haber perdido la costumbre de patear por los montes desde hace casi veinte años, cuando bajaron por segunda vez hasta las cavidades. Estos dos admirables artistas de la espeleología agradecieron a «guheko. com» el haberse ofrecido para acompañarles en este día tan emocionante y nostálgico, que volvieron a rememorar con tesón como si no hubieran pasado esos 40 años desde el descubrimiento del acceso a la Cueva por la Sima de Perlas.

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