«¡No me fastidies que vive por aquí!»
La investigación policial que ha dado con Andrés Mayo de nuevo en prisión asegura que, después de salir de la cárcel de Mansilla y abandonar León, la discrección del violador del chándal era total
Tras abandonar definitivamente la cárcel de Mansilla de las Mulas, Andrés Mayo Fernández abandonó León y se trasladó a vivir a La Coruña donde se instaló en el barrio del Ventorrillo. En el momento de la detención, el subdelegado del Gobierno en la ciudad, José Manuel Pose Mesura, apuntó que estaba empadronado en la misma. Hace algo más de un año, Mayo Fernández, su mujer, Sara, y su hijo se trasladaron a Novo Mesoiro, un barrio de nueva creación en el que se están instalando los nuevos vecinos, «muchos de ellos gente joven», explica la responsable de la farmacia. La discreción de la familia en la zona era total y cuatro días después de su detención nadie situaba a Andrés Mayo como vecino del barrio. La única quiosquera del lugar indicó que, en la tarde del pasado domingo, «hubo un entierro aquí y nadie comentó nada de eso». Lo mismo argumentaban en la farmacia donde «nadie ha comentado nada de lo sucedido». Un grupo de madres que salían a pasear con sus niños tampoco sabían que vivía muy cerca de sus casas, aunque alguna de ellas había leído la noticia de la detención. «¡No me fastidies que vive por aquí! ¡La madre que lo parió!». Comentarios de este estilo son de algunas vecinas al preguntarles si sabían algo del detenido. Nada de nada. La discreción de Mayo Fernández ha sido total.