El fuego bacteriano se extiende por el alfoz de León y la zona de La Magdalena

Una de las localidades en la que el departamento de sanidad vegetal del gobierno autonómico ha detectado presencia de fuego bacteriano en los frutales está en la zona de la Cepeda, castigada ya en años anteriores por la presencia de la bacteria. Las especies frutales en parajes de La Carrera de Otero desaparecerán en las próximas semanas, tal y como se dispone en las medidas oficiales dictadas por la administración para hacer frente a la erwinia amylovora. El resto de la declaración que trata de poner coto a la infección capaz de arrasar cualquier signo de vida en la vegetación se refiere a localidades próximas a la capital leonesa, -principalmente de la Sobarriba- (Paradilla, Solanilla, Villavente, o la ciudad de León y Armunia) y del entorno a La Magdalena: Otero de las Dueñas, Selga de Ordás, Otero de las Dueñas, Cueva de Viñayo, Viñayo y Carrocera. En el Bierzo se centra en Bárcena y San Andrés de Montejo. La letra de la normativa (de acuerdo con lo establecido por el Real Decreto 1201/1999 y el Real Decreto 1512/2005, además de la Ley 43/2002 de 20 de noviembre) se traduce en repercusiones medioambientales notables en terrenos hortícolas de las localidades que se mencionan en el boletín oficial de Castilla y León. Los propietarios de frutales de pepita (perales o manzanos, o membrilleros) tienen la obligación de arrancar esos árboles antes del 31 de diciembre de este año. (Para los afectados de El Bierzo el plazo se amplía hasta los seis meses). También es preciso eliminar algunas plantas ornamentales y silvestres, otras especies a las que la bacteria agota en un escaso margen de tiempo. La fórmula de erradicación, la única efectiva contra la bacteria del fuego bacteriano, ha de aplicarse en un entorno de hasta sesenta metros alrededor del brote, según aconsejan los expertos en sanidad vegetal. La Junta emitió ayer un comunicado de prensa en el que subraya su capacidad para anticiparse a los efectos de la plaga «ya que como consecuencia de los brotes del año 2006 en La Cepeda se intensificaron los trabajos de inspección en todas las zonas donde existen especies sensibles a este mal». «Gracias a este trabajo se ha detectado la presencia de la enfermedad de forma precoz, hasta impedir la implantación de forma inmediata con medidas que contribuyan a erradicarla e impedir así su extensión a otras plantaciones», amplía la administración autonómica que ya trabaja en liquidar las plantas afectadas.