Los agricultores no quieren que los productos ecológicos tengan transgénicos
La Unión de Campesinos de Castilla y León-UCCL, junto con sus organizaciones hermanas de Cataluña, Valencia y La Rioja, se manifestaron ayer por la mañana a las puertas del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación (Mapa) en Madrid contra el nuevo Reglamento de Agricultura Ecológica que prepara la Unión Europea, que los agricultores consideran que «beneficia sólo a las grandes industrias». El coordinador de UCCL en la Comunidad, Jesús Manuel González Palacín, tachó el documento de «ambiguo» y denunció la «barbaridad» que supone abrir la puerta a que los productos ecológicos puedan contener hasta un 0,9% de transgénicos. En su opinión, además de «contaminar» esta variedad de alimentos, la permisividad de las administraciones con los transgénicos «sólo beneficia a las grandes industrias», que compran productos de fuera de la Unión Europea, en países sin control sobre este tipo de cultivos. «Muy concienciado» González Palacín destacó que los consumidores de alimentos ecológicos forman un colectivo muy concienciado y exigente, que no aceptará la inclusión de productos transgénicos, lo que puede acabar siendo un «freno» para el sector. «En España la agricultura ecológica puede seguir creciendo muchísimo, pero nunca si se admite la contaminación con transgénicos», añadió el coordinador de UCCL. Los agricultores convocados hoy a las puertas del Ministerio exigen tolerancia cero a los organismos modificados genéticamente, como, según recordó González Palacín, «ha venido sucediendo hasta ahora». También piden al Gobierno que las certificadoras de los alimentos ecológicos sean siempre públicas y con representación en sus consejos reguladores de las organizaciones agrarias. «Los privados tienen más riesgo de querer complacer a las grandes empresas», subrayó. Sin incidentes La concentración transcurrió sin incidentes. Bajo el lema 'la agricultura ecológica no admite contaminación transgénica', se congregaron en la glorieta de Atocha alrededor de 200 agricultores acompañados de un burro con un cartel que rezaba: 'Tomates transgénicos, ¡qué burrada!'. Tambores y dulzainas pusieron ritmo al encuentro, vigilado por un fuerte dispositivo policial.