Diario de León

| Reportaje | Sin remedio |

Cuarentena por la erwinia

La bacteria que acaba con frutales de pepita y algunas plantas ornamentales resiste a todos los tratamientos que no sean la quema de las especies afectadas y la desertización del terreno

La inmovilización de colmenas también es efectiva

La inmovilización de colmenas también es efectiva

Publicado por
L. Urdiales - redacción
León

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La erwinia amylovora muestra de una forma espectacular los efectos de su ataque sobre los perales, que parecen haber sufrido la devastación de un incendio a los pocos días de tomar hospedaje en esta especie. El tronco y las ramas del peral ennegrecen, como si se tratara de tizones, pasto de llamas. En manzanos y membrilleros el resultado es similar. El entorno vegetal se vuelve inerte ante el avance de la bacteria. Ataca sin distinción a ramas jóvenes y brotes, que aparecen chamuscados sobre todo en épocas estivales. La segunda fase de residencia del fuego bacteriano en los frutales de pepita (que además elige espinos, serbales o cotoneaster como alimento) reproduce chancro en las ramas y reproduce una viscosidad amarilla. Ese chancro es la causa definitiva de la muerte de la planta. Ante el chamuscado no hay remedio. Sólo el oxicloruro de cobre es capaz de proteger las grietas en los árboles ante las infecciones. Prevenir, arrancar y quemar, es la solución conveniente. La única, según recoge toda la legislación en sanidad vegetal vigente en España. Antes de la visita de la bacteria se aplica un protocolo inconcreto: poda, que no haya grietas por el frío o la rotura de ramas. El resto de la actuación es parte del fuego y la cuarentena; en dos años no debe reaparecer la especie en el lugar donde acampó el fuego bacteriano. Así se hará en todas las zonas que aparecen en la relación de afectados que ayer hizo pública la Junta. La consejería de Agricultura ya ha dispuesto las indemnizaciones para mitigar los daños.

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