«Son esclavas, no trabajadoras»

Según cuentan, la prostitución es la profesión más antigua del mundo. Paradójicamente, hoy por hoy ninguna ley considera este ejercicio como una profesión. No obstante, la Junta de Castilla y León, en un folleto informativo ha optado por denominar a las prostitutas como «trabajadores del sexo». Una denominación que ha creado un gran malestar en la asociación feministas Flora Tristán de León. Según esta plataforma «el lenguaje construye una realidad. Un factor clave para introducir en la conciencia de las personas determinados valores respecto a lo que ocurre en el entorno es normalizado a través del lenguaje. Si se normaliza el concepto de trabajadoras del sexo, se hará habitual en el lenguaje social y en los documentos públicos». «El hecho de que ahora se les nombre con ese término parece que le da un tinte más aceptable a la violencia de género de la que se aprovechan innumerables hombres legitimándoles, pues pasa a ser considerada como una relación profesional, un servicio, un trabajo o un intercambio económico», argumentó la secretaria de la asociación, María Dolores Bahora. El fenómeno de la prostitución y el tráfico y la trata de mujeres están relacionados, como se recoge en el informe de la Mesa del Congreso que ha recabado información de todos los ámbitos y sectores para tener un conocimiento exhaustivo. Según estos datos, la mayoría de las mujeres en situación de prostitución son o han sido víctimas de la trata de personas. Por ello, la asociación considera que en vez de hablar de trabajadoras del sexo se debe utilizar el término «esclavas del sexo» y que aparezcan así en los folletos de información ya que «se acerca más a la realidad». Los responsables del colectivo esperan que ante esta llamada de atención la Junta rectifique y mantenta el término prostitución.