Carnicerías con los cristales blancos
La feria celebrada en San Emiliano reunió a una destacada muestra de los cerca de 4.000 ejemplares que tiene la cabaña
Las crías no desperdiciaron el tiempo para mamar
En las calderetas de la feria de San Emiliano se cocinaron ayer cerca de 100 kilos de «la carne del pobre». Aquella que se vendía «en las carnicerías donde se pintaban los cristales de blanco para que la señora que pasaba por fuera no viera a la que estaba dentro», recuerda José Luis Fernández, quien calcula que la cabaña de hispano bretón alcanza los 4.000 ejemplares. Una muestra de ellos se dejó entrever, tormenta mediante, en los prados babianos de San Emiliano, donde Lisardo García Morán, de Torrebarrio, se llevó seis de las trece categorías, entre ellas la de mejor animal de la exposición con la yegua Penny y la de mejor semental con el alazán Morito, que revalidó el título conseguido el pasado año. Pese a estos méritos, el galardón al mejor criador -que premia al ganadero que mayor número de puntos acumule en las categorías de potros y potras del 2007 y potras del 2006- se lo llevó Manuel Quiñones para la localidad de Pinos, después de un concurso en el que se volvió a demostrar la calidad del caballo hispano bretón de zona, que reivindica su espacio en el mercado a lomos de la historia.