Diario de León

Las asociaciones alegan que su distribución es un «evidente riesgo para la salud pública»

Consumidores y ecologistas exigen el fin del veneno para los topillos

Facua y Ecologistas en Acción afirman que el veneno «no está resultando efectivo»

Clemente, en su visita a Rueda para inspeccionar la eficacia del plan

Clemente, en su visita a Rueda para inspeccionar la eficacia del plan

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S. Suárez - león
León

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La Federación de Consumidores en Acción (Facua) y Ecologistas en Acción denunciaron ayer que el uso de grano envenenado para erradicar los topillos tiene un «evidente riesgo para la salud pública y para la supervivencia de numerosas especies cinegéticas y protegidas», por lo que solicitaron la «paralización inmediata de esta medida». Ambas asociaciones recuerdan, en un comunicado de prensa, que la Junta de Castilla y León «reconoció la pasada semana que no puede garantizar que el grano envenenado que se está distribuyendo en más de 600 municipios de la región, no sea accesible a especies distintas de los topillos». Al respecto, afirman que la técnica que se está empleando y que consiste en depositar este veneno en pequeños contenedores cilíndricos «no resulta efectiva». «Se ha podido observar en el campo como el grano contaminado se sale de los tubos y puede ser fácilmente vaciado por cualquier pequeño movimiento», aseguran. Además, precisan que pocas horas después del comienzo de la media veda, la propia Consejería de Sanidad de la Junta emitió un comunicado recomendando, con el fin de evitar intoxicaciones, no consumir ninguna de las especies cinegéticas que se abatan en las zonas donde se ha dispersado la clorofacinona. En este contexto, califican de «inexplicablemente» que la Administración regional no haya tenido en cuenta informes elaborados por el Servicio de Toxicología y Veterinaria Forense de la Universidad de Murcia y del Departamento de Ciencias Biomédicas de la Universidad de León en los que se advertía del «riesgo de intoxicación diferida» o de los «riesgos para la salud humana» que la ingesta de animales afectados por clorofacinona podría tener para las personas. Además, comentan que los venenos anticoagulantes pueden llegar a la cadena trófica humana de varias formas; y destacan que las mayores concentraciones de topillos suelen darse en zonas con cierta humedad y en las cercanías de vegas, arroyos y humedales. «Así el ahogamiento masivo de topillos y otras especies, repletos de sustancias tóxicas podría llevar de manera indirecta estos productos a manantiales, arroyos y acuíferos al agua que posteriormente es consumida por personas y ganado doméstico». Asimismo, explican que el veneno, utilizado por ejemplo en los cultivos de regadío puede llegar a las hortalizas cultivadas al incorporarse rápidamente al suelo con el riego y ser absorbido por patatas, remolachas y otras plantas de gran poder de captación de las sustancias del suelo. Por otra parte, constatan que son miles las personas de cientos de pueblos (veraneantes, turistas, etc) que desconocen las medidas que está tomando la Junta y «pasean por caminos tratados con venenos sin tener conocimiento de ello al no estar señalizados». Además, «los niños pueden ser atraídos por los tubos o los granos envenenados, tintados de forma llamativa». La merma de predadores naturales por la afección del veneno, supondrá que el papel que realizan de control de roedores no sea el deseado, ni ahora ni en años venideros, cuando la población de topillos esté estabilizada por su propia evolución cíclica.

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