Diario de León

Andrés Mayo Fernández se encuentra ingresado en prisión desde el pasado 11 de agosto

Dos mujeres reconocen al violador del chándal como su agresor sexual

Las fuentes de la investigación manifestaron que las dos agredidas tenían unos 20 años

Andrés Mayo se tapó la cara para evitar ser fotografiado

Andrés Mayo se tapó la cara para evitar ser fotografiado

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E. Mouzo / B. Abelairas - A coruña
León

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Dos jóvenes reconocieron ayer en los juzgados de La Coruña, en sendas ruedas de reconocimiento, a Andrés Mayo Fernández, el denominado violador del chándal, como su supuesto agresor sexual, según informaron fuentes de la unidad que lleva la investigación. Mayo Fernández se encuentra ingresado en la prisión de Teixeiro desde el pasado sábado 11 de agosto tras ser detenido dos días antes en A Coruña cuando se dirigía a su puesto de trabajo como presunto autor de ocho delitos de agresión sexual, dos de los cuales consumados. Las mismas fuentes de la investigación manifestaron que las mujeres que ayer se personaron en el área de reconocimiento del edificio judicial coruñés «eran muchachas jóvenes, de poco más de veinte años». Indicaron que una de ellas era morena y la otra «más bien delgada y de pelo también más claro». La joven de pelo moreno, señalaron estas fuentes, salió del proceso de reconocimiento «totalmente abatida, muy nerviosa y alterada», supuestamente como resultado de volver a ver al hombre que en su día la atacó para abusar sexualmente de ella. Ésta es la segunda vez que Andrés Mayo Fernández, ovetense de 39 años, baja desde la cárcel de Teixeiro donde se encuentra ingresado. En la primera ocasión, el pasado 14 de agosto, fueron siete mujeres las que trataron de identificarlo. Aquella vez, fuentes judiciales habían manifestado que algunas de las personas que participaron en la rueda de reconocimiento «admitieron tener pequeñas dudas para señalar a este hombre como su agresor». Presencia ante la jueza Nada más finalizar las ruedas de reconocimiento, Andrés Mayo Fernández fue devuelto a una de las celdas del edificio de los nuevos juzgados de A Coruña. Por razones de seguridad, el violador del chándal fue ingresado en un calabozo individual «para evitar que otros presos que tenían que prestar declaración por sus respectivos delitos le pudiesen hacer cualquier tipo de daño», manifestaron fuentes de la investigación. Las diligencias Sobre las dos de la tarde, dos agentes de la Policía Nacional subieron a Andrés Mayo Fernández a las dependencias del Juzgado número cinco de A Coruña donde le instruyeron varias diligencias. En este departamento estuvo alrededor de media hora, para a continuación ser trasladado a las oficinas del Juzgado número cuatro. Sobre las tres de la tarde, los policías volvieron a bajar al violador del chándal a los sótanos de los juzgados. Minutos después fue embarcado en un autobús de la Guardia Civil que lo trasladó hasta la prisión de Teixeiro. Andrés Mayo se cubrió en todo momento la cara, o bien con las manos o con su propia camisa, para evitar ser captado por los reporteros gráficos. Andrés Mayo Fernández ya fue condenado en 1990 a 106 años de prisión, de los que sólo cumplió doce. En libertad desde el 2002, residía en la capital gallega, trabajaba en la construcción, está casado y tiene dos hijos.

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