Ex portavoz del PP en el Ayuntamiento de León y próximo presidente del Consejo Consultivo
«Mi marcha es lógica porque mi perfil es un perfil marcadamente de alcalde»
El futuro presidente del Consejo Consultivo asegura que se marcha sin rencor y que el grupo popular tras su dimisión como concejal, que se producirá mañana
Necesitó diez días para pensar si aceptaba o no el ofrecimiento que le había hecho el presidente Juan Vicente Herrera, pero una vez tomada la decisión, Mario Amilivia (León, 1957) asegura que se marcha con la conciencia tranquila del deber cumplido. Una cosa sí parece clara: a Amilivia se le ve tranquilo, relajado y feliz, sobre todo feliz. -¿Cómo resumiría estos veinticinco años en la primera línea de la política municipal? -Ha sido posiblemente la etapa más determinante y decisiva en mi vida que, sin duda, marcará totalmente mi forma de ser y mi forma de ver y entender la política y la vida en general. Ahora me acuerdo mucho lo que un día me dijo el ex alcalde de León, Manuel Arroyo Quiñones, que cuando su mujer y él recordaban cuál había sido la época más feliz de su vida siempre se acordaban cuando había sido alcalde. Pues yo estoy convencido que cuando recuerde, en el final de mi vida, la época más feliz va a ser ésta, con todos los claros y oscuros y con las alegrías y los sinsabores, porque creo que he contribuido a trabajar por mi ciudad, a mejorarla y creo que, sin duda, he echado el resto y lo mejor de mí en favor de mi ciudad. -¿Para usted también es más importante ser alcalde de su ciudad que presidente del Gobierno? -No lo sé. Lo que sí puedo decir es que es tan intenso o incluso más ser alcalde que cualquier otro cargo público, porque la alcaldía genera proximidad, inmediatez y una especie de ejercicio constante de la actividad pública. Aquí no hay vida privada ni social, todo es vida pública y eso le marca a uno y a todo lo que le rodea. -Hablaba de claroscuros y de cosas buenas y malas. ¿Con qué se quedaría de estos 25 años y qué rechazaría? -Me quedo con todo, porque todo es parte de lo mismo. En los balances de la vida no se puede separar lo uno de lo otro, porque todo es el mismo argumento y, por esta razón, yo me voy con lo mejor, porque lo peor ya lo he olvidado, lo hice hace mucho tiempo. Dicen que el agradecimiento es la memoria del corazón y yo puedo decir bien alto que me marcho agradecido, porque he tenido mucha confianza de los leoneses; creo que he sido uno de los políticos que más confianza ha recibido de las leonesas y de los leoneses y yo he intentado devolvérsela trabajando honradamente; sobre las cosas malas, ya las he olvidado. -¿No está defraudando usted con su marcha a esos leoneses de los que habla? -Yo entiendo todo y también entiendo que en la política hay gente que hagas lo que hagas siempre te critica, lo que no sé es si eso es consustancial a la actividad pública o al carácter de algunos, pero yo sé que desde hace mucho tiempo algunos no critican lo que digo o lo que hago me critican a mí, y esos, tomara la decisión que tomara, me iban a criticar. Pero, desde el punto de vista de mi responsabilidad, que es lo que me preocupa, yo asumí una responsabilidad que fue encabezar las elecciones municipales con el propósito de seguir siendo alcalde de León y creo que los que me votaron lo hicieron para que fuera alcalde, pude haberlo sido si el pacto hubiera sido distinto, pero no lo fue y, por lo tanto, mi responsabilidad está salvada. -¿Ve entonces lógica su marcha? -Pues sí, yo creo que es lógico que yo no ejerza la oposición los próximos cuatro años, porque además se puede hacer igual de bien sin mi persona y porque mi perfil es un perfil marcadamente de alcalde, o lo ha sido. -¿En qué posición queda el grupo popular con su marcha? -Muy bien. El grupo popular es un grupo y lo importante es que siga siendo un grupo que tenga unidad de acción y que tenga un fin en sí mismo: hacer oposición política en el Ayuntamiento de León. La oposición no es criticar sistemáticamente al que gobierna, algo que yo he sufrido, no es desgastarle, destruirle, criticarle, no darle oxígeno; la oposición debe ser útil, es ser sensato y demostrar que si te dejan lo puedes hacer mejor y es, en definitiva, generar la expectativa de una alternativa. -¿Pero esto lo puede hacer el actual grupo de concejales? -Perfectamente. Allí hay personas que han sido directoras generales de la Junta de Castilla y León, como Arancha Miguélez o Manuel Álvarez; y, además, ahora va a quedar como portavoz, si así lo decide el grupo este lunes, Ana Guada. Hay que pensar que Ana Guada, además de llevar toda su vida en la política municipal y tener una formación profesional importante como periodista que es, es una señora que hace apenas dos meses ha renunciado a ser directora general de la mujer por quedarse en el Ayuntamiento de concejala, lo que da una idea de la vocación municipal que tiene y que le gusta lo que hace. Lo único que espero es que ese equipo lo haga bien y que sea tratado con cariño, porque la oposición es muy ingrata y lo que busca también es que se hagan eco de ella, aunque no es menos cierto que cuando uno gobierna la oposición queda desplazada, pero el que gobierna debería contar con ella, porque una oposición sensata pacta cosas sensatas. Lo que espero es que sepan hacer una oposición útil, sensata, reivindicativa en todo lo que se refiere a León y, fundamentalmente, leal y que sean una alternativa. -¿Cómo se defiende de los que le acusan de haberse buscado sólo la salvaguarda de su vida personal y profesional olvidando su compromiso con el Ayuntamiento y con los que le votaron? -No me tengo que defender de nada, primero porque mi vida política podría haber continuado perfectamente igual por otro camino. Por ejemplo, ni los más críticos discuten que yo hubiera sido diputado o senador; nadie discute que podría haber seguido al frente del grupo en el Ayuntamiento. Este ofrecimiento se me hizo un día concreto y he tenido casi diez días para pensar la decisión que he tomado y lo he hecho con mi familia, mis amigos y ha sido una decisión totalmente mía. Tenía garantizado perfectamente haber concurrido en las listas a la elecciones generales y seguir en la política municipal. Por lo tanto, no salvo nada, porque la alternativa me permitía continuar en política tan vivo como el que más. -¿Por qué este cambio ahora, si como dice podría seguir siendo parlamentario nacional y líder de la oposición en León? -Porque es un reto distinto en la vida, una cosa bonita dentro de una institución nueva, una institución de autogobierno de Castilla y León que tiene una función muy importante y que posiblemente ahora lo que reclama es que socialmente ese prestigio, que internamente tiene, sea también reconocido y dado a conocer. -¿Le sorprendió el ofrecimiento? -Totalmente, porque jamás me había planteado poder ser presidente del Consejo Consultivo, porque siempre he pensado más en la política más intensa, algo que han visto hasta mis adversarios, como el propio Ángel Villalba, que me define como un político de raza; y, es verdad, yo entiendo la política como el juego de la dialéctica y la pelea permanente y nunca creí que yo encajara en un puesto de estas características, pero analizándolo con frialdad puede ser bueno que, precisamente, alguien que ha estado en el lado más intenso de la política se vaya a aportar su experiencia a un órgano de serenidad. -Entonces no está usted ante su jubilación anticipada. -En absoluto. Indudablemente es una actividad diferente. Paso de una administración ejecutiva, como es la local, y de ser miembro de un parlamento a lo que es la administración consultiva, que tiene el poder del consejo y el premio de la autoridad. Mi poder ahora será el de dar consejos, el poder aportar en un Consejo Consultivo mi experiencia y tratar de que eso socialmente sea útil, dando consejos desde el punto de vista de la legalidad y sobre la oportunidad de las decisiones, siempre que se me reclame. -¿Se acabó la política activa, la intensa como usted la llama, para Mario Amilivia? -No, eso no se puede decir nunca. En política, como decía Churchill, nunca, nunca, nunca es mañana.Lo que sí puedo decir es que, hoy por hoy, mi abandono de la política municipal sí es definitivo, eso es algo que tengo totalmente decidido desde antes incluso de las elecciones municipales, independientemente de lo que hubiera ocurrido en este mandato, porque además creo que la política municipal de León necesita ya otros perfiles distintos al mío. Por lo demás, yo sigo en la política, no abandono la política; a mí me nombran las Cortes de Castilla y León, presido un órgano de gobierno de las Cortes de Castilla y León y estoy en la estructura institucional de Castilla y León y, por tanto, estoy a disposición de los mismos que me designan para este cargo. -Vamos que puede usted resurgir cual ave Fénix. -A día de hoy no me planteo la vuelta a la política activa, porque de lo contrario no habría aceptado este cargo, pero por mi edad y mis circunstancias sería absurdo decirlo, porque puede suceder en cualquier momento. -¿Se marcha usted guardándole rencor a alguien? -No, en absoluto. Además, una de las grandezas de la vida política es que cuando uno se va, en mi caso ya desde hace meses en los que se ha podido comprobar que mi actitud personal no ha sido ni dura ni agria, debe saber estar a las duras y a la maduras; a las maduras sabemos estar todos, pero la grandeza humana se demuestra en el saber estar a las duras. Yo me voy desándole lo mejor a todos: al Ayuntamiento de León, al equipo actual y a Paco -en referencia al alcalde-, con el que creo que ahora tengo una buena relación que espero mantener siempre, porque no hay ningún motivo para ser enemigos personales, algo a lo que a veces parece que te lleva la dinámica alocada de la política. -A Morano le sutituyó Amilivia, ¿a quién ve usted como su sustituto dentro del PP? -Al que el PP decida. -Pero mi pregunta es sí usted ve a alguien que pueda sustituirle. -Hay mucha gente. Cada uno tiene su perfil político, aunque es verdad que los candidatos a la alcaldía de León hemos sido políticos con mucha personalidad y con un perfil político muy intenso. Yo no sé quién puede ser el que me sustituya, pero podría ser perfectamente una mujer, que ofrezca una imagen y una idea diferente. Yo creo que todo está abierto y lo que tiene que hacer el PP es realizar una buena oposición y cuando corresponda el momento elegir un buen candidato, aún es pronto. -Despídase de los leoneses. -León es mi familia y de la familia uno nunca se despide, como mucho dice volveré dentro de un rato. Yo no me marcho de León, no me puedo marchar de León nunca y no me puedo despedir de mis paisanos, me despido de la política municipal, pero no me puedo despedir de León porque yo soy León y si me despidiera de León perdería mi identidad, me moría y yo quiero vivir muchos años, con mi tierra y con mi gente.