El fiscal de menores de León, Avelino Fierro, coordina las jornadas que concluirán mañana
Los expertos no creen que endurecer el derecho penal juvenil resulte positivo
Técnicos de toda España analizan en León estos días la reforma del código y la nueva delincuencia
Expertos en diferentes materias relacionadas con la problemática penal de los menores de edad debaten desde ayer en el Hostal de San Marcos aspectos referentes a la reforma de la Ley del Menor, el respeto a los derechos del menor en la fase de investigación de los posibles delitos, medidas cautelares y las nuevas formas de delincuencia juvenil, entre otros aspectos, en el curso La reforma del Derecho Penal Juvenil que organiza la Fiscalía General del Estado. El fiscal de menores de la Audiencia Provincial de León, Avelino Fierro, inauguró las actividades con una charla «que ha sido más bien una miscelánea» a modo de introducción. Posteriormente José Miguel de la Rosa, fiscal de la Secretaría Técnica de la Fiscalía General del Estado, defendió la relativa idoneidad que desde su punto de vista comporta el endurecimiento de las medidas en los supuestos de bandas y asociaciones delictivas de menores: «La reforma no sustituye a la ley anterior, sino que la complementa. Hay que tratar de armonizar los principios de siempre con nuevas reglas que endurecen sensiblemente el castigo. Hay un arsenal más contundente para abordar la criminalidad, pero sólo para cuando sea necesario». La profesora de la Universidad de Castellón, María Luisa Cuerda, realizó consideraciones críticas de naturaleza político-criminal respecto a la reforma: «Se ha endurecido una ley que era buena para paliar deficiencias que en realidad no están en la levedad de las sanciones, sino en la lentitud de los procedimientos o en la ejecución de las medidas». La profesora entiende que parte de las modificaciones obedecen a la sensación de alarma social «que muchas veces han generado los medios de comunicación, que han de ser conscientes de la responsabilidad que tienen a la hora de tratar los hechos delictivos en los que hay menores implicados. A veces una simple pelea de jóvenes es tratada de forma desproporcionada. Estamos creando una sociedad enferma que teme riesgos ficticios y eso tiene consecuencias, como en endurecimiento de una ley para personas que, por estar en proceso de formación, tiene que ser sensiblemente distinta», explicó en su resumen.