Alaf denuncia que las nuevas tasas hacen inviables los trenes de época

l secretario de la Asociación de Amigos del Ferrocarril de León (Alaf), Miguel García, denuncia que las previsiones para solucionar el problema generado contra los trenes históricos parece que «no serán fáciles», dado el «afán recaudatorio que pretende imponer el Ministerio de Fomento con la aplicación de nuevas tasas y repercusiones de precios, que harán inviables los trenes históricos y, por lo tanto, los harán desaparecer», reprocha. El responsable de este colectivo asegura que la situación actual es tan grave que se han unido a ellos las asociaciones de Valladolid, Venta de Baños, Zaragoza y Bilbao, aunque es en León donde mayor cantidad de estas máquinas ferroviarias hay. Si hasta ahora era Renfe la que se hacía cargo de los seguros de responsabilidad civil de los trenes a través del Museo de Madrid, ahora pretende «desentenderse», critica Miguel García, en relación a la imposibilidad de suscribir un seguro de circulación por parte de Alaf, «porque los gastos son elevadísimos y el coste no puede repercutir en los precios de los billetes». Todo esto, apuntó el responsable de Alaf, «demuestra la persecución que viven estos colectivos, y especialmente en León, donde Fomento pretende ahogar cada propuesta que de esta asociación parta, aunque redunde en un beneficio para la provincia, ya sea Museo Ferroviario, trenes históricos...». Esta situación lleva a M iguel García a tildar de «desinterés», por parte de las administraciones, la defensa de este material histórico y culpan a la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias y a Renfe, así como a los ministerios de Fomento y Cultura de la situación que se ha generado ante el peligro de desaparecer que corren las máquinas históricas. La solución final, que debe recibir el visto bueno por parte del Ejecutivio central, «no acaba de llegar e, incluso, cada vez existen más trabas», critican desde Alaf, no sin antes recordar que la nueva normativa obligará a contratar a maquinistas de Renfe para conducir los trenes de época, «un cometido que, en el caso de los Amigos del Ferrocarril de León, venían desarrollando de forma voluntaria los maquinistas, como profesionales que son», matiza. De todas formas, aunque los que realizan los trenes lo hacen de manera voluntaria, «los métodos económicos previstos para aplicar se asemejan más a un impuestazo», subraya Miguel García, quien no confía en que los responsables del asunto pretendan resolver el percance y asegura que lo que quieren es convertir a los trenes «en un lujo dirigido a la élite».