Adif estudia ahora que una de las tuneladoras leonesas siga hacia Asturias

La vertebración del noroeste con la meseta a través de la alta velocidad depende en gran parte de la finalización de los trabajos en la variante de Pajares, formada por dos grandes túneles de 25 kilómetros cada uno por los que circularán los futuros trenes AVE. Su ejecución final está prevista para la primavera del 2009, pero los incidentes a los que se han tenido que enfrentar las empresas subcontratadas y el Administrador de Infraestructuras Ferroviarias -Adif- a los largo de los últimos años han puesto en peligro el cumplimiento de los plazos. Ahora, y por primera vez desde que comenzaran la obras, el Adif estudia la posibilidad de variar los contratos y cambiar el planteamiento inicial para avanzar en el compromiso de terminar el proyecto en los tiempos marcados. Actualmente, una de las tuneladoras, la que comenzó a horadar en el tubo oeste del Lote 1, en su vertiente leonesa, espera en el interior del túnel a que la empresa adscrita al Ministerio de Fomento tomé una decisión al respecto de entre las dos alternativas que se barajan. La primera, que esta máquina ejecute los 3.200 metros que le corresponden al Lote 2 de este tubo en dirección hacia Asturias; y la segunda, que el gran topo que partió de la localidad de Buiza, perforó la galería de acceso de 5,5 kilómetros y ahora avanza por el tubo este, donde ya arañó a la montaña 3.297 metros, retroceda hacia atrás para enfrentar el camino que aún falta por recorrer en el tramo Folledo-Viadangos, en su parte oeste, en la que todavía no ha entrado la tuneladora. A la espera de una decisión, lo cierto es que los trabajos en la vertiente asturiana, sobretodo en el lado oeste, van más lentos de lo esperado y, por eso, Adif, plantea una modificación que hasta ahora estaba totalmente descartada y que significaría una revisión de los contratos firmados con las diferentes empresas concesionarias de los trabajos en este enclave ferroviario. La solución final dependerá de los metros que se horaden en el lado norte, en donde la orografía supone un reto constante.