Allí donde más se venda

Inditex, especialmente en la cadena de Zara, sigue la filosofía empresarial de atender al momento las demandas de moda de los clientes. Desde las tiendas se comunica al equipo comercial cuáles son las prendas más vendidas, estos trasladan la información al equipo de diseñadores (200 personas ubicadas en Galicia) y éstos realizan nuevas creaciones para ponerlas inmediatamente a la venta. Desde que se comunica una idea hasta que la nueva prenda está en los comercios no pasan más de dos semanas. Una agilidad sorprendente para una compañía que tiene proveedores y consumidores repartidos por casi setenta países. Pero no sólo el sistema de adaptación a los gustos y puesta en el mercado de las nuevas creaciones se realiza en Zara a una velocidad de vértigo. El sistema logístico juega en este rompecabezas un papel fundamental. Máxime en tareas de distribución como la denominada consolidación, que se realiza únicamente en la plataforma de León. Se trata de detectar qué prendas concretas tienen una buena acogida en qué países, ciudades e incluso establecimientos concretos. Una vez conocida la demanda, desde el centro logístico se reclaman a todos los proveedores y comercios restantes las piezas iguales que habían sido ya distribuidas. Una vez que llegan a Onzonilla, se clasifican, reempaquetan, tallan y preparan para que en apenas unas horas lleguen a aquellas tiendas donde los compradores se las quitarán de las manos. Se trata, según los responsables de esta tarea, de un trabajo complejo en el que tiene tanto que ver la coordinación como los plazos, así como el control de existencias. El resultado es un ágil sistema de ventas. El objetivo de distribución de Inditex es que las tiendas tengan la mercancía necesaria para «pasar la semana», y no acumulen prendas, sino que den salida cuanto antes a los pedidos que reciben dos veces a la semana. Los pedidos de los establecimientos comerciales son atendidos prenda a prenda en las plataformas logísticas (ocho en total repartidas por todo el país); que disponen además de un complejo sistema informático que permite identificar al momento en qué pasillo, caja o grupo de perchas se encuentra la prenda que ha sido demandada desde cualquier punto del planeta donde Zara tiene una tienda. El objetivo es racionalizar al máximo el esfuerzo y no perder nunca el tiempo. Visto desde el centro logístico parece que el tiempo, y no la ropa, es el negocio de Inditex. Quizá es, en parte, así.