Los leoneses han colocado en el ahorro tradicional y seguro 2.000 millones más en sólo un año
El dinero busca refugio y dispara los depósitos a más de 10.000 millones
Los productos financieros clásicos crecen de nuevo tras los descensos de los meses anteriores
Los leoneses siempre han optado por la seguridad de los productos financieros tradicionales, incluso en las épocas de bonanza de los mercados bursátiles, a los que se fueron incorporando con cierto recelo. Sin embargo, en momentos de incertidumbre el ahorrador local opta inmediatamente por buscar refugio para sus ahorros y prefiere no arriesgar, aun a costa de obtener menores rentabilidades. Eso es lo que ha ocurrido en los últimos meses, cuando ante el clima de incertidumbre los leoneses han optado apostar sobre seguro y meter sus ahorros en depósitos y productos tradicionales (letas del Tesoro, seguros de vida e incluso las cuentas corrientes sin más). Según los últimos datos del Banco de España, este retorno a lo seguro disparó en el segundo trimestre del año el volumen de los depósitos en León, hasta el punto de superar el récord histórico de los 10.000 millones de euros. Concretamente 10.008 millones que no están invertidos ni generarán grandes beneficios, pero se encuentran a buen recaudo. Una tendencia que a buen seguro se agudizará cuando se publiquen los datos del otoño, ya que la bola de nieve provocada por las hipotecas de alto riesgo en Estados Unidos y la inestabilidad en el ámbito financiero ha hecho no sólo desconfiar a los ahorradores, sino también buscar dinero rápido de sus clientes a los bancos. Sólo en el último año el volumen de los depósitos en la provincia creció en 2.000 millones de euros. Los leoneses tienen refugiados en depósitos más de 10.000 millones de euros, lo que supone duplicar el volumen de dinero que tenían en este producto financiero en el año 2000; y que implica que se ha multiplicado por cinco el ahorro tradicional de hace dos décadas. En 1987 la provincia guardaba en estos productos poco más de 2.000 millones de euros, que se multiplicaron sensiblemente hasta casi alcanzar los 5.400 millones de euros en 1997. Desde entonces el incremento de fondos en depósitos en la provincia ha crecido de manera sostenida, con épocas más activas, como los primeros meses del 2002, que registraron los incrementos porcentuales más altos de las dos décadas analizadas. Únicamente a principios de 1998 y en el 2005 y parte del 2006 los depósitos registraron crecimientos negativos en la provincia, para empezar a recuperarse levemetne a finales del pasado ejercicio. Hoy crecen de nuevo con fuerza, alentados por la inestabilidad. Los ahorradores tradicionales están de suerte, después de unos años en los que el crecimiento del crédito, tanto al consumo como hipotecario, y las alegrías bursátiles habían relegado a los productos financieros más seguros al campo de los indecisos. Los bajos tipos de interés no sólo hacían más atractivo el endeudamiento, sino que dejaban al ahorro tradiconal sin aliciente de rentabilidad alguno. En los últimos meses las tornas han cambiado. El cambio de tendencia inmobiliario, después de tantos meses de anunciarlo, ha venido acompañado de la inestabilidad en los mercados y, sobre todo, de un sentimiento de temor generalizado. Sentimiento al que ha contribuido sensiblemente la crisis de las hipotecas sub prime en Estados Unidos. Una situación que ha llegado a afectar a la banca en general, no porque esté implicada en estos productos de alto riesgo sino porque la desconfianza del mercado interbancario ha generado no pocos problemas de liquidez. Y liquidez es lo que dan a las entidades los clientes que entregan sus ahorros en los productos financieros tradicionales. La banca nacional se ha lanzado a la caza del cliente con dinero y, amparada en la rentabilidad que permite la subida de los tipos de interés, está ofreciendo interesantes productos de ahorro sin riesgo. El mejor escenario para los ahorradores con un perfil de riesgo bajo, o que buscan la seguridad total. Llegan, por fin, buenos tiempos para ellos. 1396927554