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León

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El congreso de la UPL tuvo que ser suspendido durante unos minutos ante el altercado que se produjo entre cuatro miembros del partido en Salamanca y el control de acreditaciones fijado en la entrada del salón. Los jóvenes acababan de llegar de la capital charra y pretendían participar en el congreso. Al comprobar que sus nombres no aparecían en la lista de los militantes acreditados, a pesar de tener su carné en regla, comenzaron a exigir la entrada y proferir insultos contra la organización. Los encargados del control también se alteraron y las voces obligaron al secretario de Organización en ese momento y edil en San Andrés, Manuel Arias, a intervenir y pedir que la mesa se sacara al vestíbulo. Ante el cariz de los acontecimientos, decidió llamar a la Policía Local de Villaquilambre. Los agentes identificaron a los jóvenes, que acabaron calmándose. Manuel Arias explicó que no fue «un capricho no permitirles la entrada» y recalcó que su acreditación llegó fuera de plazo, ya se había cerrado». Por su parte, el presidente del comité comarcal de la UPL en Salamanca, Fernando Sánchez, anunció ayer su intención de denunciar ante la Guardia Civil las amenazas que recibió por parte de miembros del control de documentación y ante la situación de no permitirse la entrada de estos militantes, a la que calificó de «indignante», aseguró que los cincuenta afiliados del comité comarcal están planteándose dimitir en bloque. Insiste en que las fichas fueron entregadas en plazo. «Todo era legal y estos militantes tenían la legitimidad para votar. Les han echado literalmente y amenazado. Lo que menos hay aquí es democracia, esto es más una dictadura».