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| Tribuna política | Desde el Rubicón |

El momento de las trincheras

Chamorro no metió su voto en la urna en la que lo elegían como presidente, lo que demuestra el descontrol de un congreso, donde primero se le aclama y después alguien coloca una urna

Publicado por
F. RAMOS
León

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Está visto que los de la UPL le han tomado el gusto a esto de celebrar congresos y no tienen previsto parar. Ahora, los nuevos dirigentes, ya anuncian otro más, éste extraordinario, para dentro de un año, en el que quieren aprobar los nuevos estatutos. Pero es que, un año después, a dos años de las elecciones municipales, tendrá que celebrar otro ordinario, porque así lo dicen los estatutos, claro que a lo mejor deciden cambiarlos y no lo celebran. Por eso, que nadie se alarme, que la calma chicha en la UPL será sólo por unos días. Los cuchillos siguen afilándose y la guerra de guerrillas no cesa. Algunos ya han decidido que ahora ha llegado el momento de dar un paso atrás, batirse en retirada y agazaparse en las trincheras hasta que escampe o que el enemigo se confíe, momento que aprovecharán para golperle en su flanco más débil. Aquí, como en los jueves del año, tres relumbran más que el sol: Abel Pardo y sus cachorros, que aunque pierdan nunca pierden; Joaquín Otero, que sigue diciendo que se dedicará a sus Cortes, pero al que sigue sin gustarle un pelo la política de Javier Chamorro y su pacto con el PSOE en León; y el asesor de éste, Luis Herrero Rubinat, que va diciendo a quien quiera escucharle que tiene a tres hombres suyos en el nuevo organigrama del partido, claro que él es el único que no está. Rubinat no perdona a Chamorro que desobedeciera la orden de Otero para llevarle a Caja España; aunque ahora su amigo Otero le ha llevado a las Cortes para que cobre un sueldecito -algunos dicen que de 3.000 euros- con cargo al partido; eso sí que es un hombre de partido. Algunos ya están pensando en el congreso de dentro de dos años, cuando se elijan las listas de las municipales, «ése es el importante»