León firma el día 11 su aportación de 5 millones al Palacio de Congresos

El Palacio de Congresos es un proyecto lleno de palabras. Todas buenas, todas muy flexibles, punteadas por artículos indeterminados. «Queremos»; «esperamos»; «vamos a»; «es nuestra intención que haya un...». Dos años después de los discursos, el Ayuntamiento pondrá el primer sustantivo determinado: una firma en el contrato con el arquitecto, Dominique Perrault, que se ha mantenido a la espera de cobrar su participación en el concurso de ideas, realizado en octubre del 2005, hasta la entrada del nuevo equipo de gobierno. Si este primer pago, acometido en agosto, sirvió como muestra de la voluntad del consistorio por acometer la obra, el segundo evidenciará la innegable marcha hacia adelante de la infraestructura. El gesto quedará enmarcado el próximo día 11, cuando el Ayuntamiento ha citado a Perrault para firmar el contrato de desarrollo del proyecto, en el que ya trabaja el arquitecto galo, y que, junto a la dirección de obra, supondrá un desembolso municipal cercano a los cinco millones de euros. Con esta cantidad, la administración que dirige Francisco Fernández cumplirá con su participación económica en el Palacio de Congresos. Los 5 millones de euros se sumarán a la cesión de los terrenos y las edificaciones de la antigua Azucarera Santa Elvira, donde se construirá el Palacio de Congresos, para completar el 20% comprometido. Quedará por delante el desembolso del 80% que resta, a partes iguales, entre la Junta y el Gobierno central. La administración autonómica, por boca de su presidente, Juan Vicente Herrera, prometió la aportación, pero todavía no la ha fijado en ningún sitio; mientras que el Ejecutivo de Zapatero, según avaló hace dos semanas el subdelegado gubernativo, Miguel Alejo, ya ha fijado una partida de 5 millones de euros en los Presupuestos del 2008 y comprometido el gasto plurianual para llegar a su 40% de participación. Las cifras hacen que los plazos esbozados tengan cuerpo: la próxima primavera, el arquitecto francés entregará el proyecto básico y, en septiembre, el de ejecución, con el objetivo de que, tras la licitación y adjudicación, se puedan comenzar las obras en el último trimestre del 2008. Tres años después, antes del verano del 2011, el Palacio de Congresos debería ser una realidad, después de muchas palabras.