La sucesión inusual de incendios obligó a la Junta a buscar medios en otras provincias
El fuego devoró en noviembre más superficie forestal que en verano
Las llamas quemaron 700 hectáreas en los primeros 10 meses del año; en otoño, más de 800
La escasez de lluvias en otoño y la imprudencia se prestas como causas más comunes en el origen de los incendios que a lo largo de las dos semanas centrales de noviembre se llevaron por delante más hectáreas forestales que el resto de estos siniestros a lo largo del año. Incluida la campaña estival. Esta inusual estadística se aprecia en los balances de actividad de los servicios contra incendios dispuestos por la Junta en la provincia, que vivieron días azarosos el pasado mes, con una actividad que no encontraron el pasado verano. A lo largo del 2007, hasta que concluyó la campaña estival, la superficie quemada en León se midió por setecientas hectáreas, en cifra redonda. Sólo los incendios del pasado mes, alguno permaneció activo más de dos días, se llevaron por delante 800 hectáreas, según los datos que obran en poder del servicio de medio ambiente de la Junta en León, que aún no ha cerrado el perímetro de los efectos que las llamas causaron en algunos parajes de difícil acceso. La intensidad de los fuegos en una época del año en la que, según los propios agentes forestales, la climatología habitual debía de impedir el origen del cualquier incendio llevó a los servicios contra el fuego a pedir refuerzos a otras provincias, al no disponer de efectivos suficientes para atacar todos los frentes. La comunidad de Madrid envió medio aéreos para colaborar en la extinción de fuegos, a los que no llegaban los retenes leoneses, que en alguna jornada se multiplicaron hasta en catorce puntos distintos de la provincia, con especial incidencia en las comarcas de Omaña y La Cabrera, además de puntos forestales de la montaña central o en otros del entorno de Laciana. El extremo occidental de la provincia, en El Bierzo, también localizó uno de los incendios más voraces de los que se registraron el pasado mes en el parte de incidencias del servicio medio ambiental de la Junta en León. La actividad de estos siniestros forestales contrasta con el número que se registró en los diez meses anteriores, y con el verano con menor incidencia en los montes leoneses en la última década. En todo ese periodo, el número de hectáreas arboladas devoradas por el fuego se estableció en 97 (el promedio de la década es de 1.700). El número de incendios se cerró en 304 al finalizar el periodo de la campaña estival. En siete días de noviembre, entre el 16 y el 20, se sucedieron en la provincia un 10% de los fuegos de todo el año.