Cerrar

Las organizaciones ganaderas reclaman que se ponga coto a los beneficios de los intermediarios

El consumidor paga seis veces más por la carne de lo que cobra el productor

Los sindicatos exigen que se equilibre el desfase entre el precio en el origen y en el mercado

Publicado por
L. Urdiales - redacción
León

Creado:

Actualizado:

Esta es la batalla inmediata que va a librar el sector agropecuario leonés, si no lo hace ya. El abismo de precios entre el mercado de origen y el que ofrece el producto al consumidor tienen al sector primario en una situación de alerta permanente contra lo que consideran «como un abuso desmesurado de los intermediarios». La llegada de la Navidad agita el consumo y acentúa diferencias del coste de los productos en origen y en consumo. Los sindicatos agrarios tiene que pensar poco para poner ejemplos a su denuncia: el cordero, el lechazo, que experimenta desde esta semana uno de los picos de actividad mercantil experimenta un desfase de hasta seis veces su precio en origen. Los productores razonan su alerta. «Se puede pagar a 4,40, a 4,50 euros el kilo del animal cuando sale de la explotación; es difícil encontrar un producto del lechazo por debajo de los 24 euros en líneas de venta al público, en el caso de un derivado como las chuletillas, o los 13 o 14 euros por kilogramo de precio para la pierna», explican. El sector primario, que puja ahora por lograr mayor protagonismo en la cadena del mercado, desconoce en qué parte del proceso se dispara el precio hasta multiplicar por seis la referencia que se toma en el origen. Las incidencias sobre el mercado de carne dejan una referencia similar con el género de vacuno, cada vez más presente en la cesta de la compra navideña. Las organizaciones agrarias denuncian que los precios para el consumidor final se establecen en torno a la franja de los veinte euros, cuando se trata de un género tan apreciado como el solomillo o el entrecote. «Por debajo de esa cifra parece imposible encontar algo en el mercado, cuando el precio en origen a penas supera los 3,5 euros por kilogramo». Los sindicatos que pugnan ahora por un nuevo orden en el establecimiento de precios y un control exhaustivo del proceso de la carne alertan al consumidor del proceso inflacionista. El sector primario comienza a organizarse para frenar este margen ganancial del que, de momento, no es capaz de beneficiarse.