«¡Este tema me va!»

Está bien creer y, hasta participar, del espíritu navideño, pero de ahí a pedir a la presidenta de la Diputación -como hizo el portavoz socialista- que dejara las cuentas sobre la mesa y que consensuaran todos juntos una nueva línea presuestaria... Más realista fue el representante de la UPL a la hora de justificar que no lo apoyaba: «Es continuista y no soluciona los problemas planteados, voto en contra, porque si no iría en contra de lo que pensamos, como que tengamos que seguir pagando los leoneses lo que no ponen en Valladolid». Con un despliegue de nuevas tecnologías sin precedentes -paneles Power Point y pantalla gigante-, la presidenta decidió descargar toda la artillería posible para convencer sobres sus primeras cuentas. «Este tema me va», dijo encantada, para anunciar que cerraría el debate con su visión del presupuesto. No faltaron momentos con mucho humor en la larga sesión plenaria. El socialista Demetrio Alfonso Canedo sacó a colación lo que él denominó «el teorema de Pano» y su costumbre de aludir -en sucesivos plenos y distintos años- a la liquidación del presupuesto anterior para tranquilizar sobre nuevas inversiones. El diputado de la UPL trajo los deberes hechos y el discurso de toma de posesión de Carrasco requeteleído. Fue repasando compromisos de la presidenta y preguntándose dónde está el dinero. «Jaime (por el portavoz del PP), dale al botón (para que buscara la página del presupuesto a la que quería referirse). Dudó de la autoría de los cuadros presentados y dijo no saber si eran del equipo de gobierno o del interventor. «Los dibujos no son míos», replicó Jaime González, después de que Carrasco defendiera la profesionalidad del interventor y sus «tablas ajustadas a la ley». La presidenta volvió a sorprenderse, según confensó, de la confianza que la oposición tiene en ella. «Llevo sólo cinco meses y no puedo traer todos los compromisos de mi discurso, ya me gustaría...». Cuando terminó de defender sus cuentas y de contestar a la oposición decidió que ya había llegado el momento de cerrar: «¡A votar!». Por cierto, algún día «Pano» podría desvelar el misterio de a quién mensajea sin parar desde su móvil en los plenos. ¡Qué afición! Todavía con la palabra en la boca, llegaron los funcionarios para escuchar las felicitaciones navideñas. Con ese lenguaje claro, clarísimo, que le caracteriza Carrasco garantizó el horario de Navidad y arrancó un aplauso de los trabajadores. Los rumores de los últimos días hacían pensar que no habría horario especial. Luego, argumentó su política de personal y pidió que no se la tomaran como «una putada».