El frío invierno leonés imposibilita contar con esta ubicación para protocolos de la institución
La Diputación proyecta cubrir el patio del palacio de los Guzmanes con una cúpula
Carrasco cree que la Diputación debe aprovechar más este espacio para múltiples actos
Los múltiples actos y recepciones ligados a la agenda política y social de la Diputación y a la propia vida cultural de la ciudad demandan un espacio amplio y que pueda ser utilizado durante todo el año, independientemente de la temperatura, según manifiesta la presidenta de la institución provincial, Isabel Carrasco. En este sentido, proyecta cubrir el patio del Palacio de los Guzmanes con una estructura de cristal que podría ser en forma de cúpula o de pirámide, aunque reconoce que todo depende del presupuesto. De esta forma, la Diputación agasajaría así a sus invitados en los vinos organizados en diversas ocasiones dentro de la propia casa, que no puede utilizar la galería del claustro superior por problemas de seguridad. Este espacio de tarima de madera no soporta un peso excesivo y debe ser desacartado para eventos de estas características. Así, la Diputación organiza las recepciones en el hotel París cuando las temperaturas son frías en la ciudad, además, durante muchos meses al año, además, el patio no puede ser tenido en cuenta, cuando se trata de un espacio ideal para organizar conciertos, recitales, premios, exposiciones y otro tipo de actos. Se trata de un patio de planta cuadrada, con dos pisos de arcos escarzanos sostenidos por columnas. Los antepechos de la galería superior están decorados con escudos de estilo renacentista. Un descendiente de la casa de los Guzmanes -el obispo Quiñones y Guzmán- fue el encargado de ordenar la construcción de un palacio al arquitecto del momento, Gil de Hontañón. Corría el año 1516 cuando se iniciaron los trabajos, que se prolongaron a lo largo de más de un década. Las obras finalmente sufrieron una paralizaron en 1572 sin haber concluido el proyecto. Este edificio renacentista es sede de la Diputación de León desde mayo de 1882, cuando los Condes de Peñaranda de Bracamonte vendieron el palacio a la institución provincial por 105.000 pesetas. Desde mayo de 1963 cuenta con el título de monumento histórico nacional. Como sede central de la Diputación tuvo que ser ampliado a principios de la década de los años setenta con la edificación de todo el ala norte y parte de la este, zonas que precisamente no pudieron ser finalizadas en su construcción original.