Un paseo no previsto

El ministro fue recibido por el alcalde a la entrada del ayuntamiento, y ante el salón de plenos lo esperaban el resto de concejales. Aseguró que conocía Astorga - «es una ciudad a la que quiero y a la que vengo siempre que puedo», dijo-, su cultura y su gastronomía. Durante la recepción en el consistorio, Perandones aprovechó para espetarle que Astorga «es la segunda ciudad del noroeste peninsular, después de Mérida, en importancia de sus restos romanos». A la salida, y aunque el programa no lo contemplaba, Rubalcaba visitó la Ergástula y caminó hasta el palacio de Gaudí y ante la catedral y la casa de los Panero antes de descubrir la placa inaugural en la comisaría. En ella pudo contemplar el viejo despacho del comisario, de unas seis décadas de antigüedad, expuesto como recuerdo de unos tiempos que contrastan con la modernidad de la sede.