La anunciada subida de las temperaturas amenaza los espesores que almacenan las estaciones
El déficit de nieve permite esquiar sólo en ocho pistas de León y Asturias
A pesar de las precipitaciones blancas de los últimos días la situación no cambia
Tras las fuertes rachas de viento de las últimas jornadas, las estaciones de esquí de la provincia recuperaron ayer la normalidad y reabrieron sus instalaciones para la práctica de los deportes blancos. A pesar de las precipitaciones de nieve de esta semana, el número de pistas en servicio en San Isidro y en Leitariegos no ha experimentado ningún cambio y la superficie esquiable a estas alturas de la temporada sigue siendo mínima. Así, el enclave del Alto Porma dispone únicamente de dos kilómetros abiertos de los casi 25 que suma la estación, con espesores que oscilan entre los 20 y los 70 centímetros. El área esquiable se localiza principalmente en el sector Cebolledo, además de en el área de debutantes de Requejines. Por lo que se refiere a Leitariegos, que pudo reabrir sus pistas el fin de semana tras cerrar por falta de nieve, cuenta con 1,5 kilómetros en servicio para la práctica de los deportes blancos y espesores de nieve húmeda entre los 10 y 40 centímetros. Peor es la situación de la estación asturiana Valgrande-Pajares con únicamente 600 metros abiertos para el esquí y dos pistas. De momento, el otro enclave invernal del Principado -Fuentes de Invierno- no ha podido ni siquiera iniciar la temporada 2007/2008 por el escaso espesor de manto blanco en sus pistas. El Morredero, por su parte, inauguró la campaña el pasado fin de semana. En el resto de las estaciones de la Cordillera Cantábrica la situación también es crítica, Manzaneda (Galicia) cuenta con cinco kilómetros esquiables y presenta la mayor oferta de la zona. Alto Campoo (Cantabria) dispone en estos momentos de 3,8 kilómetros de pistas en servicio de los cerca de 28 totales con los que cuenta esta estación.