Ángel Penas compara al concejal Abel Pardo con Hitler y Franco

Ángel Penas ha salido al paso de las declaraciones realizadas por Abel Pardo a raíz del proceso electoral en la Facultad de Filosofía y Letras, en las que el anterior decano, Francisco Carantoña, no salió reelegido por un voto. Pardo afirmó «que el voto de las personas que tienen representación en esta facultad ha castigado duramente su actitud antileonesista», en referencia a la postura de Carantoña sobre el alzamiento contra los franceses el 24 de abril. El texto íntegro del comunicado es el siguiente: «Las elecciones a decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de León por primera vez en nuestros 29 años de historia han traído a colación un revuelo inesperado, casi tanto, como inesperado fue el resultado de las mismas. »Este revuelo o más bien revoltijo, es producto del habitual interés que demuestra su señoría, el concejal de Educación, del Ayuntamiento de León, Abel Pardo, que pretende, como siempre mediante la falacia hacer creer a la opinión pública que él y sus aláteres son los poderes, al menos fácticos por no decir fascistas, de la Universidad. Y no es verdad. »Abel Pardo cree que tiene el poder para castigar o premiar a todo el mundo, conmigo lo intentó y salió con las orejas gachas, quiso conjuntamente con otros y presumió de ello, que iba a poner hace tres años y medio, a quién sería rector de la Universidad de León, para ello se arrimó y movió sus huestes a favor del otro candidato, de sobra conocido, con quién llegó a acuerdos que le hubieran permitido campar a sus anchas por la Universidad. Pero la Universidad es muy lista, es más no quiere a personajes como usted ni siquiera cerca, y sino lo hiciera así mal iría, pues difícil es transitar por la vida sometido a premios y castigos por personas como usted. »Usted nos hace recordar, con sus formas, épocas de la historia de nefasto recuerdo para todos los demócratas, tanto españoles como europeos, en la que al grito de «Viva Franco» o «Heil Hitler», algunos se otorgaban la capacidad de castigar a quienes pensaban diferente que ellos, y además pretendieron rescribir la historia a su antojo e interés. »Épocas en las que se quemaban las obras literarias e históricas que no les interesaban, y que incluso llegaron a matar por tratar de imponer su falsa verdad al resto del mundo. Ya algún correligionario suyo, no hace tanto tiempo, le dedicó a usted un sobrenombre, mote, apodo y en ningún caso insulto, que salvo error era, que usted es un pequeño Mussolini, y esta es persona que le conoce a usted sobradamente bien. No soy yo quién para darle a usted consejos, ni lo pretendo, sin embargo, si soy quién para decirle que somos muchos los que queremos y trabajamos todos los días por un León, libre de personajes como usted, que si pudieran nos quitarían hasta el don de la palabra, por que las libertades ya lo intenta creyéndose poco menos que un ser todopoderoso a quien no se sabe quién le ha otorgado la potestad para castigar a quién piensa distinto que usted, aunque sepa en razón del conocimiento más que usted y lo tenga acreditado. »Paco Carantoña no perdió las elecciones por usted ni sus esbirros, las perdió más bien por la desidia en ir a votarle, incluso de sus amigos, creyendo que a pesar de algunas sanguijuelas, al ser candidato único no iba a tener dificultades para su reelección. »No pretendo con estas letras defender al profesor doctor Francisco Carantoña, universitario de pro, historiador de reconocido prestigio y leal decano mientras lo ha sido, tanto en la coincidencia, como en la controversia, pues Abel sus propias palabras bastan para encumbrar a quién usted simplemente mencione, salvo que sea escuchado por los que son como usted».