Riiing... Riiing

Alguno en el seno del Partido Socialista se ha acordado estos días de todos los parientes de Alexander Graham Bell y del día que se le ocurrió inventar el teléfono y no es para menos. Mira que lo tenían todo bien atadito los señores diputados, que lo son por mandato de la dirección; uno votaba en la comisión junto al PP para reformar los estatutos del patronato de turismo, con lo que dejaba en evidencia al Ayuntamiento de León y le daba un balón de oxígeno a la presidenta de la Diputación, y el resto, salvo alguno que nunca estuvo de acuerdo, siguiendo el ritual y ejerciendo presión y preguntando ¿por qué? al alcalde socialista y a sus concejales. Eso sí, con beata amabilidad. De hecho, el lunes en la reunión de grupo del PSOE de la Diputación, los que recibieron el mandato de la federación socialista leonesa, encabezados por su portavoz, acordaron que votarían sí a la reforma del patronato propuesta del PP. Pero, de repente, sonó el teléfono y todo cambió. Riiing... Riiing. Dígame. Hola, aquí el PSOE desde Madrid. Sí, dígame. ¿Es el PSOE de León? Sí, sí. ¿Seguro, no me habré equivocado y estoy llamando al PP? No, no, dígame. Pues, si no me he equivocado ¿cómo es eso de que estáis apoyando al PP en contra del alcalde de León? Al otro lado, silencio. La llamada, por supuesto no en estos términos, era clara y la orden más: cambio radical y apoyo incondicional al alcalde. El efecto, inmediato, tal y como se pudo comprobar en el Pleno de ayer, del que alguno salió lamiendo sus heridas y fue a refugiarse con los suyos.