El tamaño sí importa

Hay en Coimbra un parque de atracciones bautizado como «Portugal dos pequeninos», donde se exponen a reducida escala monumentos y arquitecturas de todo el mundo para acercar su comprensión a los niños, que entran y salen de las maquetas a su gusto. Si fuera por el alcalde de Valladolid, antes del verano los promotores portugueses tendrían que incluir en su catálogo la reproducción del «pequenino aeropuerto de León» y, puestos a pedir, «la pequenina Catedral» y «las pequeninas Médulas». En política, como en la vida, el tamaño también importa. Le ofende al señor León de la Riva -que en el apellido sigue llevando la penitencia- que el aeropuerto de La Virgen del Camino tenga una pista de 3.000 metros para recibir vuelos internacionales, que llegarán antes de final de año, y que se planee una nueva terminal de viajeros y se estudie una de cargas. No acaba de entender que para ir a Galicia, Cantabria o Asturias no es necesario aparcar en Valladolid y luego subir -que por eso defienden con tanto ardor los retrasos de la autovía León-Valladolid- y que, a simple ojo, se puede observar que la provincia está justo en la encrucijada del noroeste peninsular. Ahora, el regidor del PP reclama apoyo a la Junta de Castilla, curioso porque siempre lo ha tenido, y no para beneficiar a su Pucela natal, sino para perjudicar a León. Y, mientras tanto, en León el PP calla; la UPL, mientras se asesora, no sabe o no contesta; y sólo el PSOE se apuntó ayer el tanto de la lucha por esta tierra con la apuesta del Gobierno por el aeropuerto como ejemplo. Cuestión de tamaño... político.