Casi la mitad de los reclusos de la cárcel de Mansilla son de origen extranjero
El peso porcentual de los presos de origen extranjero está creciendo a un ritmo vertiginoso en las prisiones de Castilla y León, donde ya son más que los propios españoles y suponen el 52,2 por ciento de la población reclusa en la región, según datos del sindicato de prisiones Acaip actualizados hasta el 1 de julio de 2007. En el año 2000 la proporción era del 40 y el 60 por ciento, con más peso de los españoles. La proporción de reclusos de otras nacionales frente a la española es considerablemente mayor en las prisiones de Castilla y León que en el conjunto de España, donde, en el mismo periodo de estudio, uno de cada tres presos era extranjero (33%), casi 20 puntos porcentuales menos que la relación que se registra en la región. En el año 2000 la diferencia era aún más acusada, puesto que la población interna extranjera suponía el 19,9 % en el país, mientras que en la Comunidad ya ascendía al 40%. Estas cifras, que publica el sindicato Acaip para vigilar la evolución del perfil del reo en España, señalan también, en términos absolutos, que si en 1997 las cárceles de la región acogían a 948 extranjeros (frente a 1.909 españoles), en 2000 ya eran 1.459 (y 2.187 españoles) y en 2007, a 1 de julio, 3.958 internos de otras nacionalidades (y 3.285 nacidos en el país). La balanza, pues, se va decantando hacia el predominio de reos de origen extranjero y, dentro de ellos, la comunidad musulmana incrementa su peso. Así, según indicó a Ical el director de Estudios de Acaip, José Antonio Gutiérrez, los presos islamistas ya suponen «el 13% de la población reclusa en España», con un importante incremento de condenados desde el año 2004 (tras la masacre del 11-M), y especial incidencia en prisiones como «La Moraleja, en Dueñas (Palencia) y Topas (Salamanca)», dentro del territorio castellano y leonés. Según esta cifra, en las cárceles de la comunidad, la población era de 6.873 personas en la última fecha registrada (a día 1 de julio de 2007).