Los regantes temen que Riaño no dé abasto si la CHD lleva agua a Palencia

La escasez de precipitaciones en los meses de otoño e invierno ha dado con un panorama que incomoda a los gestores del agua: Riaño, la bolsa de agua que parecía inagotable, envía señales de alerta por no contar con reservas suficientes para abastecer a todos los frentes que alimenta cada campaña estival. El nivel actual del embalse (258 hm3 frente a los 475 hm 3 con los que contaba hace un año) agita la inquietud de los regantes de Payuelos, del Páramo Bajo, de la margen Izquierda del Porma, de las elevaciones del Cea y el Valderaduey. El trasvase de agua del Esla a Palencia y Valladolid, sin embargo, desata la desazón, hasta el punto de que le campo leonés está convencido de que algún colectivo de regantes que depende de este sistema no contará con agua para sus cultivos si se abre otra vez el canal de Galleguillos, en el caso de que persista la situación de sequía y precariedad en el embalse de la montaña oriental leonesa. El volumen de agua del Esla que se traslada a Palencia y Valladolid (oficialmente de 4 metros cúbicos por segundo, prácticamente la misma cantidad que desembalsa Riaño en invierno para sostener el caudal ecológico) se considera esencial en el campo leonés en un momento de escasez para sostener la actividad agraria en las más de 40.000 hectáreas de la provincia que ahora dependen del pantano del Esla. Desde Palencia, por contra, se azuza ya a la Confederación Hidrográfica del Duero para que garantice los riegos en el Carrión a costa de sacar el agua de León. El agua que se asigna al trasvase, los 4 m3/s, sólo daría cobertura a 4.000 hectáreas en Palencia.