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| Crónica | Sin alarma en Lombillo |

«No he dejado de beber el agua del grifo estos días»

Los vecinos de Lombillo consultados por este periódico desconocían ayer la aparición de arsénico en la red de abastecimiento de agua potable y no se mostraron preocupados

Un vecino de Lombillo comprueba el chorro de una de las fuentes de la localidad

Publicado por
C. Fidalgo - ponferada
León

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«Aquí no sabemos nadie nada, y no, no he le he notado un sabor diferente al agua», decía ayer Pilar, vecina de Lombillo, cuando el periodista le preguntaba por la aparición de arsénico en la red de agua potable del pueblo ponferradino famoso por su mirador y por su ilustre paisano, el académico de la Lengua, Valentín García Yebra. Pilar conversaba a última hora de la mañana con su vecino Antonio y prácticamente eran las dos únicas personas que se encontraban en la calle, en una localidad donde habitualmente residen una veintena de personas. Ninguno de los dos se preocupó en exceso al saber que los análisis del Servicio Territorial de Sanidad de la Junta de Castilla y León habían detectado días atrás niveles de arsénico por encima de lo permitido. Incluso Pilar renegó del cloro. «Cuando se lo echan, sabe muy mal», se quejó. Sin miedo En uno de los mesones del pueblo también desconocían la aparición de arsénico en la captación de agua, atribuída a la sequía, y tampoco se habían percatado de que el Ayuntamiento de Ponferrada había lavado el depósito que abastece a las viviendas de la población, muy visitada durante las tardes por ponferradinos que acuden a su mirador, y a las tres fuentes públicas. «Yo no he dejado de beber el agua del grifo. Sigo bebiendo tres litros diarios», aseguraba uno de los clientes, que con el almuerzo a las puertas, saboreaba sin embargo un vino tinto en la barra.