Las oenegés asumen un código que obliga a ser transparentes con el dinero

La coordinadora de la oenegedés de Castilla y León ha asumido el Código de Conducta e Imágenes, que se presentará de forma oficial en toda España el miércoles, para que la sociedad conozca el trabajo y el destino del presupuesto de estas organizaciones no gubernamentales de forma transparente. «Es una herramienta estatal que pone a nuestro alcance la posibilidad de que podamos analizarnos para ver dónde tenemos que mejorar y ser más coherentes con los principios que defendemos y más transparentes de cara a la sociedad». Así describe el vicepresidente de la coordinadora, Andrés Amayuelas, el código que permitirá a las oenegés demostrar con claridad el destino de las subvenciones que manejan, después de que hayan salido a la luz casos que han puesto en tela de juicio el buen funcionamiento administrativo de algunas organizaciones. «Nosotros tenemos aportaciones privadas y subvenciones públicas y nos sentimos responsables de explicar a qué se destina ese dinero» - dice Amayuelas- «nos estamos autorregulando, queremos que la gente no tenga reservas sobre el destino de nuestros presupuestos». La asamblea de la coordinadora de las oenegedés de Castilla y León se reunió ayer en León para abordar las líneas de trabajo para este año. Entre los objetivos están profundizar en el fortalecimiento interno de la coordinadora, cohexionando a las distintas organizaciones, ampliar el trabajo en las unidades territoriales e intentar incorporar a la política los programas de cooperación al desarrollo. La coordinadora incorporó ayer el trabajo de otras tres organizaciones - Hijos del maíz, Izán y Jóvenes del Tercer Mundo- con lo que el número total asciende a 57, aunque cuentan con la colaboración de aproximadamente 100 organizaciones en Castilla y León, «lo que representa una masa social que coloca a las coordinadora en interlocutora con las administraciones», dice Amayuelas. Asamblea La jornada de trabajo que las oenegedés de Castilla y León desarrolló en León sirvió también para avanzar en las líneas de sensibilización social sobre las políticas de desarrollo y cooperación, a las que, según la coordinora, las administraciones de Castilla y León destinan aproximadamente once millones de euros anuales. La coordinadora tiene un presupuesto anual de 150.000 euros. Amayuelas quiere dejar claro que, aunque la reivindicación histórica de las oenegés es alcanzar el 0,7% del PIB para destinar a políticas de cooperación y desarrollo, ese no es el objetivo fundamental de las oenegés. «Siempre hemos dicho 0,7% y más, el y más quiere decir que es más importante la calidad de la ayuda que la cantidad de dinero». En sus peticiones piden que las administraciones dividan el dinero destinado a políticas de desarrollo en tres partidas: para proyectos de cooperación al desarrollo, ayudas de emergencia y programas de sensibilización. «Las administraciones que tienen estas tres partidas tienen políticas de mayor calidad que las que sólo tienen una y aportan más dinero», dice Amayuelas. En este sentido, destacó -«aunque cada ayuntamiento hace lo que puede»-que el Ayuntamiento de Burgos destina el 30% de la suma de todo el presupuesto que dedican todos los ayuntamientos de Castilla y León.