«Los dolores que tengo son más morales que físicos»

Ha pasado año y medio. La víctima trata de reconstruir su modo de vida y los médicos su boca: «Empiezo a salir a la calle estos días, pero me han roto el ritmo. He perdido más de un año de estudios en la facultad (estudia en la Universidad de León) y casi no se puede hacer nada. Lo último que me queda es regenerar el hueso y acabar con los injertos». Pese a que su familia lamenta abiertamente «la incompetencia manifiesta de la clase política» el muchacho prefiere ser más comedido: «Tengo dolores físicos, muchos, pero casi me duele más lo moral. Por ejemplo Evelia (Fernández, concejala de Patrimonio y Cultura) es amiga mía personal, y cuando estuve en el Hospital dijo que todo esto era una vergüenza y que iba a pedir explicaciones al alcalde. Ahora ella es parte del equipo de gobierno y primero me dice un día que ya tiene el dinero y luego que es que tiene que defender al Ayuntamiento. Yo pensaba que el Ayuntamiento éramos todos, incluido yo, pero parece ser que a mí no me quieren defender ya. Parece que se quisieran apoderar de lo que no es suyo y están llegando a extremos como el de sacar de quicio a mi abogado, que para que con el nombre que el tiene, pierda la moderación...» El afectado entiende que la representación institucional local está «haciendo el ridículo. Si yo fuera ellos, se me caería la cara de vergüenza, de verdad. Cada día me levanto de la cama pensando que esto se arreglará. Soy un luchador, me gusta el arte y escribir estos días me está sirviendo para mantenerme fuerte». Reconoce que algunos días los dolores son muy fuertes: «Yo no quiero sufrir. A estas alturas el perjuicio de las fracturas en la mandíbula y todo el tema de los dientes casi ya es una cosa paralela, es peor que no nos hagan caso. Intento ponerme a leer libros, pero no puedo porque no me encuentro a gusto. He tenido que renunciar hace poco a un curso de expresión corporal en el Musac... y así todo».