La Diputación evita el debate del agua contaminada hasta después del 9-M

El clima de campaña electoral empapó ayer el desarrollo del Pleno de la Diputación. Mociones de la oposición, con intento de neutralización por parte del equipo de gobierno con contramociones, protagonizaron la sesión que se celebró en el consistorio de San Marcelo por las obras en el Palacio de los Guzmanes. En el momento más álgido de la discusión entre populares y socialistas por el problema del arsénico aparecido en el agua y la defensa de sus respectivas mociones -la primera culpando al Gobierno central y la segunda a la Junta por la falta de soluciones-, el viceportavoz del PSOE, Matías Llorente, lanzó un órdago que no tuvieron más remedio que aceptar todas las partes ante la cordura de la propuesta. Reclamó a su propio grupo y al PP la retirada de sendas mociones hasta después del 9 de marzo. «Me da pena que demos este espectáculo con propuestas que no van a pasar del puente de Santas Martas en un tema tan importante como éste que tenemos que debatir entre todos». El guante fue recogido de forma inmediata por la presidenta de la Diputación. Carrasco comenzó entonces una disertación sobre lo que debe reivindicar o no la institución provincial. «La Diputación asume un papel que no le corresponde en muchas ocasiones. Nos contradecimos, por un lado, nos quejamos de las competencias impropias y por otra parte apoyamos mociones para cargarnos con competencias que no nos corresponden». En este sentido, Carrasco añadió: «No podemos ser vehículo de quejas hacia la Junta y el Gobierno, para canalizar esto ya están los procuradores y parlamentarios por la provincia que deben plantearlas en sus respectivos foros». Reconoció que el asunto del agua tiene «suficiente enjundia y si el PSOE retira la moción nosotros también». El portavoz socialista, Demetrio Alfonso Canedo, aceptó dejar el asunto sobre la mesa.