Asaja desvela que al concentrado se le añade «agua de grifo» antes de meterlo en el mercado
La leche francesa de laboratorio, nuevo obstáculo para el sector lácteo leonés
Los análisis revelan una composición anormal, reflejo de la práctica de modificar la leche
Asaja pide a las administraciones que exijan a las empresas que comercializan leche de vaca que indiquen en los envases si se trata de leche, si está sometida únicamente a la lógica esterilización y pasteurización, o bien procede de partidas de leche reconstituida, a la que se ha modificado su composición en laboratorio. Los productores lácteos leoneses muestran su indignación por la caída de precios a la que les somete la industria a costa de la entrada de leche de Francia. Más, tras comprobar mediante análisis realizados en laboratorio que la composición de esta leche francesa interceptada frente a la fábrica de Pascual en Burgos tenía unos valores inusuales en la leche sin tratar. Según informa Asaja, el contenido era de 12,5 de proteína y de 15,8 de lactosa, cuando los porcentajes normales por litro son 3,2 y 4,6, es decir, la leche importada triplica estos índices. «Sin embargo, en el caso de la grasa la leche del camión presentaba un 1,3 por ciento de grasa, en lugar del 4,16 de la leche normalmente recogida, lo que se explica por la demanda de la grasa en Francia, un país tradicionalmente consumidor de mantequilla, contenido que no precisan las empresas para comercializar una leche desnatada o semidesnatada, mercados en alza en España». Lo que se ha hecho en esta leche francesa es quitarla el agua de constitución para facilitar su transporte. «Con el contenido de uno solo de estos camiones cisterna, una vez incorporada agua del grifo, se puede comercializar el triple de litros de leche, tres camiones de leche». Con este proceso las empresas consiguen abaratar los costes de transporte, porque sería inviable traer leche pura de vaca de Francia aquí a un coste razonable. «Queda así también de manifiesto la falacia en torno a la enorme productividad y bajos costes a los que puede producir leche nuestro primer competidor, porque ni aquí ni allí la leche se regala ni se vende a los precios que apetecerían a la industria». La organización Asaja reconoce la legalidad de esta práctica «pero duda que sea conocida por los consumidores, una confusión que además alimentan las empresas con publicidades que inciden en que comercializan leche pura de vaca y mensajes similares». Asaja recuerda que cuando el tema de la trazabilidad y la transparencia en los procesos de producción agroalimentaria está generalizado en la Unión Europea, «parece lógico que las administraciones exijan que en los tetrabrick de leche aparezca un mensaje que aclare que determinadas partidas proceden de leche reconstituida. Las administraciones tienen que ser contundentes para clarificar esta situación que no contraviene las leyes, pero sí la buena fe de los consumidores, que se llevan a casa leche concentrada».