La mayoría llevan más de diez años sin usarse y precisan una intensa labor de acondicionamiento
La sequía obliga a los regantes del Esla y el Porma a recuperar 350 pozos
Permitirán regar 10.000 de las 66.000 hectáreas que necesitan agua de los dos pantanos Los rega
A la espera de conocer la decisión de la Confederación Hidrográfica del Duero sobre la previsión de agua para el riego en esta campaña, los regantes de los embalses de Riaño y el Porma se preparan para afrontar la sequía con medios extraordinarios al prever que el caudal que recibirán a través de acequias y canales no será suficiente para salvar sus cultivos. Así, los agricultores de los pueblos regados por las vegas del Esla y el Porma -con 26.000 hectáreas- podrán contar con alrededor de 350 pozos para afrontar una de las campañas de riego más difíciles de las últimas décadas ante la persistente sequía. De todas formas, el agua de estos pozos no llegará para el total de esta superficie, sino que podrá utilizarse aproximadamente en 10.000 hectáreas y a través del riego por aspersión, tal y como explica el responsable de la Comunidad de Regantes de la Margen Izquierda del Porma, Matías Llorente. La mayoría de estos pozos -ubicados en zonas de lo que se conoce como antiguos regadíos- llevan más de diez años sin utilizarse, incluso algunos están prácticamente cegados. Ahora, los agricultores tendrán que realizar una intensa labor de acondicionamiento y limpieza y acudir también a los motores de sus tractores y a bombas para extraer el agua. Además, su nivel de agua se encuentra bajo por la sequía y en verano las corrientes de agua ssubterránea no serán suficientes en gran parte de los casos para alimentarlos. Por el momento, de las 66.000 hectáreas de esta zona, únicamente se han sembrado un 12% de ellas, con cereales y alfafa. Esta semana ha comenzado también el cultivo de la remolacha en fincas con acceso al agua de los pozos en las vegas del Esla y el Porma.