| Tribuna política | Desde el Rubicón |
Ad-ministro
Todo parece indicar que José Antonio Alonso sólo sería portavoz del PSOE en el Congreso los dos primeros años de Legislatura, después volvería a un ministerio
El presidente Zapatero está en Doñana deshojando la margarita sobre su próximo Ejecutivo, aunque a buen seguro él ya lo tiene todo deshojado. Otra cosa es que no se haya contado o que no haya trascendido. De lo que se va sabiendo, o de lo que se intuye cada vez con más clarividencia, se vislumbra al hoy ministro de Defensa, José Antonio Alonso, haciendo de Rubalcaba en el próximo hemiciclo, o lo que es lo mismo como portavoz del grupo socialista. Dicen los que saben de esto, y otros que sin tener ni idea hablan de todo, que Zapatero busca una persona de consenso, alguien moderado que le permite tender los puentes necesarios para cerrar acuerdos con el PP, sobre todo en temas de vital importancia. ¿Y qué opina Alonso? No parece que el ministro de Defensa vaya a oponer resistencia a lo que le pida su amigo Zapatero -no lo ha hecho hasta ahora y no lo va a hacer- pero no es menos cierto que, en un primer momento, a Alonso no le hacía mucha ilusión ocupar ese puesto y, de hacerlo, todo parece indicar que sería para los dos primeros años de Legislatura, para después regresar a un ministerio. Su salida como ministro abre las puertas de par en par para que Amparo Valcarce deje la secretaría de Estado de Asuntos Sociales y se agarre a uno de los maletines ministeriales de los que tiene preparados el presidente del Gobierno. Para ella sería una nueva cartera, la de Asuntos Sociales, donde desarrollaría plenamente el cuarto pilar del Estado: la Ley de Dependencia, que ella misma ayudó a gestar.