«Y si enfermas, ¿cómo sales?»
Los turistas atrapados por la nieve en la montaña muestran su extrañeza por las duras condiciones de vida que soportan los vecinos que conviven con las nevadas
El domingo de Pascua aporta una nueva división universal en los pueblos de León: los que se van ese día y los que se quedan. Los afectados por la primera definición , que en algunos casos pusieron tierra de por medio antes de lo previsto por temor a la nevada, descubrieron esta vez más detalles sobre la convivencia de esta provincia con la nieve que cae a capricho. «Y de aquí, ¿cómo se sale si te pones enfermo?» «No sé, mejor no comprobarlo». La conversación entre un huésped de una casa rural del alto Curueño y un vecino curtido en mil inviernos y mil primaveras, según se tercie la borrasca, se pudo repetir en otros pueblos de la montaña, a los que se llega por carreteras estrechas, que en la mayoría de los casos no figuran en el mapa. Ni tienen nombre. De ahí la primera salida, en caso de nieve, suele llegar por la generosidad de un lugareños que aporta su maquinaria agrícola para auxilios urgentes. Los de ayer venían por la agenda. «Aquí no vino ninguna máquina oficial a abrir la carretera», denunció un turista del Levante tras llegar desde un pueblo del alto Esla a la Nacional 621 gracias a la pala de tractor que puso a su disposición un vecino del pueblo. «Si no es por este hombre, yo mañana no llego a trabajar», dijo en señal de agradecimiento. Más rauda resultó la evacuación del Valle de Valdeón. Voluntaria. Un poco de tregua del temporal fue suficiente para que se montara una caravana sin fin, puerto de Panderrueda arriba. Así acabaron las vacaciones de Semana Santa de quienes sorprendió la nieve en Picos. La vuelta a la estampa cotidiana se observará hoy en los pueblos leoneses que secularmente se enfrentan al reto de la nieve: «Ya sabemos lo que hay; pala y paciencia», se encargan de desmitificar ante el ejército de turistas a los que este fin de semana ha tenido que explicar cómo se afrontan en casa veinte, treinta, cincuenta centímetros de nieve. En invierno o en primavera, porque «una nevada en León siempre hay que tenerla en cuenta, a pesar de que llegue en marzo, o en abril y mayo, que también las hay», avisan.