La equivocación de Chamorro y la sordera de Otero
El portavoz de la UPL en las Cortes de Castilla y León, Joaquín Otero, puntualizó ayer a la dirección de su partido que tanto él como su compañero procurador, Héctor Castresana, deben ser «felicitados por trabajar» y no sancionados por su decisión de abrir su propia oficina parlamentaria. De este modo, Otero se ha pronunciado, en declaraciones a Efe, sobre la amenaza de apertura de expediente disciplinada lanzada el martes por el presidente de la UPL, Javier Chamorro, a raíz de la decisión de Otero de poner en marcha estas instalaciones, al margen de la sede oficial de esta formación política. El ex secretario general de los leonesistas ha reclamado a Chamorro «que no se ofusque» criticando esta iniciativa ha restado crédito a la posibilidad de que en su próxima reunión la Comisión Permanente de la UPL decida sancionarle tanto a él como a Castresana. «Probablemente, estaría preocupado por sus problemas en el Ayuntamiento de León y se equivocó al criticarnos, cuando lo que él realmente quería hacer era felicitarnos», ha ironizado Otero, en alusión a la amenaza lanzada por el presidente de la UPL y también vicealcalde de la capital leonesa. Ha negado que, como dijo ayer Chamorro, los dos parlamentarios no estén realizando, en la cantidad adecuada, las contribuciones económicas al partido que les corresponden para saldar los dos créditos que, por un importe total de 270.000 euros, la UPL solicitó para pagar las últimas campañas electorales. En este sentido, ha detallado que, con los doce mil euros que Otero y Castresana reciben al mes para el funcionamiento del grupo parlamentario, la UPL asume los gastos de las sedes del partido en León y en Ponferrada, la nómina de la secretaria de la primera de ellas y la nueva oficina abierta por los procuradores. «Aportamos al partido el doble de lo que dan todos los concejales del Ayuntamiento de León y el diputado provincial juntos», ha subrayado Otero.