| Reportaje | Por encima de los 1.600 metros |
Alerta en la montaña
La cantidad de nieve acumulada y la escasa estabilidad del manto blanco convierten en una aventura de riesgo en los Picos de Europa el senderismo y la escalada ante el peligro de aludes
Nieve fresca, con capas interiores frágiles, viento y subidas de temperaturas -previstas a partir de hoy y durante todo el fin de semana- suponen la combinación de elementos determinante para desencadenar avalanchas en la montaña. Los servicios de emergencias 112 del Principado y Cantabria ya han advertido sobre el riesgo de aludes en los tres macizos del Parque Nacional de los Picos de Europa por la escasa estabilidad del manto blanco. El peligro, de acuerdo a estas advertencias, se sitúa por encima de los 1.600 metros de altitud, fundamentalmente en las horas centrales del día y por la tarde. Resultan peligrosos todos los accesos a las zonas altas de montaña de los macizos occidental, central y oriental y, sobre todo, aquellos itinerarios que parten de refugios que se dirigen a las cumbres más altas. Según los expertos los tipos más frecuentes de avalanchas son: alud de nieve en polvo (con gran velocidad de desplazamiento); de nieve húmeda (al humedecerse las capas superficiales por subida de temperatura y perder cohesión las inferiores); de fondo (pérdida de adherencia al suelo); de placa; de placa de viento; de cornisa (se desprenden en lo alto por sobrecarga de nieve, recalentamiento o tránsito) y alud de seracs (ligado a los glaciares). Como precaución, deben evitarse los fondos de los valles estrechos y las pendientes abiertas sin obstáculos. Si los montañeros o excursionistas perciben ruedas de carro y pelotas de nieve que se desprenden y dejan huellas en la pendiente eso supone ya síntomas de inestabilidad. Es imprescindible llevar equipo adecuado y móvil.