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| Reportaje | Paradojas de desarrollo |

Carreteras secundarias

El proyecto de la autovía minera y el reforzamiento de la carretera actual desde Piedrafita a la AP-66 contrastan con carencias básicas, como la de Pinos, que no tiene tele ni saneamiento

La variante de Villafeliz pasaría entre los dos núcleos de casas

Publicado por
L. Urdiales / A. Caballero - león
León

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Anuncian el futuro a 5 kilómetros escasos del final del mundo. Una publicidad en la que se habla de una autovía que nace en Toreno y llega hasta Piedrafita de Babia, desde donde se modificará en parte el trazado de la vía actual para desembocar en la autopista del Luna, superado el puente de Fernández Casado, por medio de un túnel que se abrirá cerca de Pobladura. 435 millones de euros, 162 de ellos para el tramo babiano y luniego. Comunicaciones de gran capacidad. Mientras, en Pinos, no se ve la televisión -«si quieres, pagas 50 euros del satélite todos los meses», aconsejan los vecinos-, la red de saneamiento dimitió hace 30 años -«tenemos suerte, como es cuesta abajo va a parar todo al río», bromean- y la carretera que sube desde San Emiliano, la LE-482, es puntuable para el París-Dakar. A partir de ahí, un caminín llega hasta las camperas del alto del puerto, en las que «los fines de semana de primavera y verano hay hasta 400 personas, que entran todas por Asturias, porque aquí se sigue sin ejecutar el proyecto de asfaltado del acceso hasta Casa Mieres», explica el pedáneo, Leandro Hidalgo, quien se encontró con una sorpresa cuando fue a pedir dinero a la Diputación para su pueblo: «En su ayuntamiento (San Emiliano) dicen que está todo cubierto», por lo que no hay consignación ni para un repetidor y el presupuesto se queda en «1.800 euros al año» para todo. El caso no hace tipismo, sino que es una parte del todo en el que se sumen los valles de Babia y Luna. No es sólo que se desperdicie la oportunidad de «poner en valor el macizo de Ubiña» o que se mantenga en precario «el paso natural de la gente hacia Campomanes y el concejo de Pola de Lena». Hay más casos. Se puede comprobar en otro de los puertos, La Farrapona, «donde no se asfalta la llegada a Somiedo desde Torrestío, mientras en Asturias ya finalizan el trazado y se quedan con todo el turismo de las travesías de los lagos de Saliencia», apunta el presidente de la asociación que agrupa a las dos montañas, Carlos González-Antón. Ahora, «los grandes damnificados del pantano y la autopista AP-66» reclaman «medidas compensatorias», asociadas al proyecto de la vía de comunicación, con las que poder acceder de manera efectiva a una oportunidad de futuro. Algo más que una carretera de gran capacidad «para que los turistas no se paren y pasen camino de los lugares donde la infraestructura turística ha sido potenciada por las administraciones competentes, como el Principado». Un porvenir para el que «todos los economistas reconocen que es más importante el desarrollo de las telecomunicaciones que el de las autovías», advierte el presidente de la asociación Montaña de Babia y Luna, quien propone que se potencie la llegada de internet de calidad a todos los núcleos. «Es un elemento esencial. En Asturias, ya hay concejos que desarrollan sus zonas residenciales para ser segundas residencias, segundos sitios de trabajo, para los que la zona tiene un enorme potencial», explica el babiano, sufridor de las caídas continuas de la red y de la ausencia de cobertura de las compañías de telefonía móvil. Apuestas para no hacer bueno el presagio de una de las madres de los 75 niños que acuden al Colegio Rural Agrupado de Huergas de Babia. «Esto cae y, en unos años, no serán suficientes y tendrán que cerrarlo». ¿Entonces, dónde irán los rapaces? «Tendrán que bajar hasta Villablino». Se anuncia que habrá buena carretera para llegar hasta allí, aunque en los márgenes el paraíso enmarque el fin del mundo.

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