León y Bragança esperan que la Junta dé el primer paso para hacer la autovía

Afianzados en que «la historia nos une», pero conscientes de que «lo importante es que nos una el futuro», León y Bragança rubricaron ayer un protocolo para instar a los gobiernos portugués y español y a la Junta para impulsar la autovía que comunique a ambos territorios. «Un lazo que abre multitud de expectativas», como definió el alcalde de la capital leonesa, Francisco Fernández, para impulsar «la economía y el porvenir de ambas ciudades». Un proyecto «indispensable y vital para los dos territorios», en opinión del presidente de la cámara portuguesa, António Jorge Nunes, quien apostó por «potenciar la cooperación» y crear una «red de ciudades con desafíos comunes: económicos, sociales y culturales». La retórica deja detrás «la voluntad clara de las dos ciudades por impulsar» un proyecto en el que ninguna tiene las competencias ni los medios, pero en el que ambas quedan como avales para lograr la mediación ante administraciones superiores. En el caso leonés, la Junta «es indudablemente quien tiene que dar el primer paso», como puntualizó el presidente de la asociación de Amigos de Portugal en León, Martín Manceñido, aunque cabe la participación del Gobierno por medio de programas europeos al tratarse de una infraestructura transnacional. El vial, de alrededor de 160 kilómetros, comunicaría en casi una hora y media la capital leonesa con Bragança con paso por Santa María del Páramo, La Bañeza, Castrocontrigo, Puebla de Sanabria y Rionor. Un itinerario que abriría más allá, por la IP4, la llegada al puerto de Oporto en «poco más de dos horas», según Fernández. Citados los agentes y la ruta, el escollo que debe salvarse a partir del protocolo, firmado ayer en terreno portugués, es la inactividad en terreno español. Mientras Portugal ya ha licitado el estudio informativo del tramo Bragança-Rionor, donde se fija la frontera, los apenas 20 kilómetros que restan hasta Puebla de Sanabria se mantienen en la inopia administrativa. Un primer trecho que, aunque más importante para los portugueses porque les abre al nudo de carreteras de gran capacidad que van al centro de España, abriría el desarrollo de la infraestructura que se concibe para comunicar a las zonas norte de ambos países, marcadas en gran parte por «problemas comunes». «En este proyecto León tendrá un papel indispensable porque tiene mayor peso que Bragança», como avisó el regidor luso, pero también se le abre con su construcción dos planos expansivos de importancia: la comunicación con todo el noroeste portugués y su consiguiente enlace perpendicular hacia el sur desde Oporto y con paso por Lisboa -dos puertos importantes-; y la ganancia de un número destacado de viajeros potenciales para el aeropuerto de La Virgen del Camino, que quedaría a media hora menos de recorrido que el de Villanubla, que es el que en la actualidad utilizan los bragantinos. Sumada la iniciativa portuguesa y con el apoyo social y empresarial que ha recogido el proyecto en León durante los últimos meses, la Junta deberá analizar ahora el proyecto para darle el impulso con el que se pase de la idea a la tramitación administrativa. En espera de que esta puerta se abra el horizonte de construcción de la autovía queda en interrogante. «Espero que sea en el 2012», anheló el presidente de la Cámara de Bragança, mientras que Fernández optó por la cautela. «La experiencia me dice que es mejor no poner año, pero tenemos la voluntad de impulsarla», manifestó, consciente de que la responsabilidad es de terceros agentes.