El faenado tradicional y el referente del proyecto vizcaíno de Erralde
Montañas de León sale al mercado después de varios años de gestión, formación e información. Una gesta, si se analiza desde el erial de recesión económica que persigue desde hace 25 años a la montaña leonesa, a la mitad norte de la provincia, por extensión. Y de referencias comerciales importadas de ejemplos de desarrollo rural que parecían una utopía en esta zona marcada por la depresión social. El ejemplo más directo del paso a la comercialización directa de la carne de calidad de vacuno desde una cooperativa de ganaderos está en la comarca del Duranguesado. A 300 y a años luz de León, se fraguó y crece Erralde, que vende carne autóctona de calidad a consumidores y restaurantes, en un territorio en el que la carne de vaca es un tótem, casi un fundamento turístico. «Por esa vía queremos ir», resumen los ganaderos leoneses consorciados en una cooperativa que tiene proyectos jugosos a corto plazo: «Si queremos que la montaña leonesa no se muera no hay otra salida», dicen, abrumados por los beneficios que genera el producto que sale de sus haciendas y que no repercute en sus rentas. Montañas de León se va a elaborar bajo unas condiciones de faenado tradicional. «Las grandes cadenas de comercialización quitan grasa de las canales de carne, si es que la hay; y sin grasa no hay una conservación adecuada, porque la carne se oxida. Volvemos a tratar la carne como se debe», ponen en conocimiento del consumidor.