La noche de los cuchillos largos

Pasó el Consejo de Ministros y no hubo nombramientos de leoneses, que deberán esperar una semana más para que el Gobierno de Zapatero oficialice lo que ya todo el mundo da por hecho: Miguel Martínez presidirá Paradores y Ángel Villalba, Feve. Con ellos, no se pondrá el punto y final a los altos cargos leoneses en el Gobierno, porque alguna dirección general más habrá, por ejemplo para Agustín Turiel. Ahora le toca el turno a los delegados, primero, y a los subdelegados, después, y aquí no parece que vaya a haber sorpresas de última hora. A Miguel Alejo, algunos han querido colocarle en numerosos puestos: secretario autonómico del partido, mando único de la Guardia Civil y de la policía..., pero su sitio seguirá estando en Valladolid para defender, ante los ataques de la Junta, y, sobre todo, vender los intereses y las inversiones del Gobierno. Tampoco habrá sorpresas en el caso del subdelegado, pese a que también su nombramiento está sujeto a la paridad mujeres-hombres. Francisco Álvarez seguirá siendo la voz del Gobierno en León, porque se lo ha ganado con su trabajo, algo de lo que no puede presumir algún socialista que poco o nada ha hecho desde su escaño del Senado, en el que le colocaron desde Castilla con una simple firma, que en cuanto consiguió le hizo olvidar a todos aquellos que utilizó para lograrla. Y, ahora, desde allí afila los cuchillos y los lanza contra quienes considera sus enemigos sin importarle a quien dañe en el camino. Es la doctrina política de Maquiavelo: «El orden político es independiente del moral y el político -alguno, habría que añadir- no se encuentra sometido a las leyes éticas, ni coartado por ellas en su acción».