El incremento de entrada de agua a los pantanos acelera las reservas
La lluvia dispara el caudal de los ríos tras diez meses de sequía
La persistencia de las precipitaciones puede causar ya desbordamientos del cauce
Del blanco al negro en tres semanas; las precipitaciones que faltaron a su cita estacional con el otoño y el invierno disparan los recursos hídricos en primvera. Los ríos de León son ya testigos de este giro meteorológico, según se puede apreciar en los distintos valores fluviales de la provincia. Y la situación puede evolucionar en los próximos días debido a la persistencia de las preciopitaciones, que se anuncian copiosas hasta bien entrada la semana en las zonas más altas de la provincia, donde la nieve puede aparecer incluso por encima de los mil doscientos metros de altitud. El Torío, el Bernesga, el Porma y el Cea eran ayer un buen ejemplo de caudales abundantes, con aforos a punto de rebosar la capacidad fluvial en algunos casos. La abundancia de agua en el caudal del Esla, vega abajo, definía con precisión la capacidadd e los valles leoneses de generar recursos hídricos en condiciones favorables. La borrasca se traduce también en la cantidad de agua que entra a los pantanos de cabecera de los ríos; la precipitación multiplica los valores más recientes que se traducirán en un acelerón en el incremento de las reservas de agua sobre las presas del Luna, el Porma y, especialmente, el Esla. Las lluvias de abril han dejado en algunos puntos d ela provincia más de 80 litros por metro cuadrado. La aportación se aprecia ya en la celeridad del agua en los torrentes y briachuelos de los valles que hace sólo un mes no aportaban más que un hilillo de agua fruto de la sequía invernal.