Diario de León

| Reportaje | Cómo hacer visibles a las mujeres rurales |

«Si volviera a nacer, haría lo mismo»

La leonesa Graci Flórez presta su historia a una publicación sobre mujeres rurales que promociona Fademur y que fue reconocida ayer por la vicepresidenta y dos ministras

Publicado por
L. Urdiales - redacción
León

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Historia s de vida en el mundo rural se envuelve de relatos heroicos, los que se comparten entre las miles de mujeres que sacaron adelante a su familia a costa del sacrificio al que obligó -y obliga- el medio. Historias de vida en el medio rural, como la que protagoniza la leonesa Graci Flórez González, que enviudó a los treinta años y peleó durante 25 para dar una oportunidad en la vida a sus tres hijos. La vida de Graci Flórez se cuenta desde la pequeña localidad de San Adrián, próxima a Boñar, donde sobran dedos de una mano para contar a los vecinos. Allí sacó adelante a sus hijos, tras la muerte de su marido, con una explotación de vacuno de leche, el negocio que más que gestores exige exclavos. Así, un cuarto de siglo, hasta que los críos se hicieron mayores, y hasta que la salud le aconsejó la jubilación anticipada. La vida, esta vida, la tuvo que recordar ayer esta mujer leonesa «una más entre miles» -se encarga de matizar- ante la vicepresidenta del Gobierno, y las ministras de Medio Rural e Igualdad de Oportunidades, que presidieron la apertura y presentación del libro y la exposición Historia de vida en el medio rural, una iniciativa de las asociaciones de mujeres rurales, en la que está integrada la leonesa Amulemer. «Si volviera a nacer volvería a hacer lo mismo», responde Graci Flórez con contundencia, sin dudar, a pesar de los pesares, como resumen de su historia, una de las treinta que dan contenido a este homenaje a la mujer rural española. «Lo recuerdo, tengo presentes todos estos años, y tengo que decir que pese a la dificultad, pese a la dureza del medio, yo lo viví con alegría; me gustó», aclara en defensa de la dignidad de un oficio que sólo se sustenta sobre la vocación. En el Círculo de Bellas Artes, mientras María Teresa Fernández de la vega, Elena Espinosa y Bibiana Aído prometían medios y esfuerzos del Gobierno para ganar la batalla a la discriminación laboral y al empleo no reconocido a las mujeres en el mundo rural, Graci Flórez puntualiza: «Los pueblos se quedan sin gente, desiertos, y sin gente no hay futuro», aprecia y vaticina, mientras agradece con modestia la relevancia de su testimonio en un libro que tiene como objetivo hacer visibles a las mujeres del mundo rural, lejos de las imágenes en blanco y negro que confunden la realidad. Y agradece a las ministras el detalle «de mostrar interés por lo que nos preocupa y ofrecer colaboración para que en el campo la vida sea más fácil». La historia de esta mujer leonesa salió del anonimato gracias a la iniciativa de Fademur, en una publicación que pretende convertirse en un arma contra la discriminación que ha sufrido la mujer rural de forma secular. «Esto es un acto de orgullo, como dijeron los promotores de la idea, del que me siento orgullosa de haber colaborado», confiesa tras escuchar a la vicepresidenta De la Vega la «profunda admiración por las mujeres que han prestado su historia a esta publicación, historias de esperanza por desarrollar una revolución silenciosa que tiene que terminar por cambiar los pueblos». La primera parte de Historias de vida en el mundo rural recoge un análisis de la situación de las mujeres ante el mercado de trabajo, la diversificación económica, participación política. En la segunda parte, 30 mujeres de tres tramos distintos de edad. Son historias anónimas, increíbles, de trabajo, lucha, ilusión y sacrificio personal que Fademur ha querido rescatar como un ofrenda de reconocimiento y visibilización de las mujeres rurales y sus aportaciones fundamentales a la sociedad y a la economía del medio rural. Siete millones de mujeres viven en el mundo rural; el 82% trabaja en explotaciones agrarias. Y si hay futuro, más que nunca, se debe a la mujer.

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