El Palacio de Riolago, que se compró hace 9 años y no ha tenido uso, servirá de casa del parque
Con la mitad de tiempo estancado que la declaración de espacio natural, el Palacio de Riolago es un ejemplo más de la inactividad administrativa. Comprado por la administración autonómica por cerca de 534.000 euros a Fernando Geijo, que cedió de forma gratuita el valioso equipamiento interior, el inmueble se anunció en el año 2000 como parte de una red de alojamientos rurales de lujo que promovía la Junta. Nueve años después de la adquisición, el inmueble del siglo XVI se mantiene sin actividad, a la expectativa de que se active la declaración del espacio natural Montaña de Babia y Luna, en el cual tomaría un papel como casa del parque. El edificio, propiedad en sus orígenes del linaje de los Quiñones, consta de doble planta y un elevado valor arquitectónico, que tiene su primera manifestación en el siglo XV, cuando se construyó la muralla exterior, y que se asienta en el siglo XVI, aunque tuvo que ser restaurado en 1979 tras un incendio.