Luna y Babia esperan hace 16 años a que la Junta las declare parque natural

Con edad casi para emanciparse, el parque natural de Babia y Luna todavía no ha nacido. Espera turno en el paritorio que la Junta estableció en su decreto publicado en el Boletín Oficial de Castilla y León (Bocyl) el 5 de mayo de 1992. Una orden de «iniciación del Plan de Ordenación de los Recursos Naturales (PORN)», que desarrollaba la Ley autonómica de Espacios Naturales de 10 de mayo de 1991, en la que se exhortaba a iniciar «en el plazo de un año desde la entrada en vigor de esta Ley la elaboración del instrumento de planificación». Hoy, 5 de mayo del 2008, 16 años después, los cuatro municipios implicados: Sena de Luna, Los Barrios de Luna, Cabrillanes y San Emiliano se mantienen a la espera de lograr su catalogación conjunta; una imagen de marca que obligaría al Ejecutivo de la autonomía a incluirlas en su reparto de subvenciones especiales para este tipo de espacios. La inopia administrativa, que abunda en la discriminación sufrida por estas zonas, deja varado el desarrollo del espacio natural, que abarca 55.200 hectáreas, según la documentación de la Junta, en la cual se detalla que hay «38 núcleos de población» incluidos y «3.154 habitantes». Datos que despachan la iniciativa, pero que no avanzan en la redacción del PORN: el instrumento de planificación que debe ordenar los usos de cada una de las zonas. A partir de este documento, la administración autonómica debe bautizar al enclave: reserva natural, monumento natural, paisaje protegido o parque, donde se abren dos opciones: regional -como parte de Picos de Europa- o natural. Esta última tipología es la que defienden en Babia y Luna, al entender que se adapta al traje escrito por los redactores de la ley: «espacios de relativa extensión, notable valor natural y de singular calidad biológica, en los que se compatibiliza la coexistencia del hombre y sus actividades con el proceso dinámico de la naturaleza, a través de un uso equilibrado y sostenible de los recursos». La etiqueta sirve de pasaporte para la entrada en el selecto grupo de espacios en los que la Junta «establecerá ayudas técnicas, económicas y financieras en las zonas de influencia socioeconómica», con la finalidad de «crear infraestructuras y lograr unos niveles de servicios y equipamientos adecuados; mejorar las actividades tradicionales y fomentar otras compatibles con el mantenimiento de los valores ambientales; fomentar la integración de los habitantes en las actividades generadas por la protección y gestión del espacio natural; rehabilitar la vivienda rural y conservar el patrimonio arquitectónico; estimular las iniciativas culturales, científicas, pedagógicas y recreativas; y compensar suficientemente las limitaciones establecidas y posibilitar el desarrollo socioeconómico de la población afectada». Seguridad jurídica La retórica envuelve un presupuesto de varias decenas de millones de euros a repartir entre los espacios naturales, al que permanecen ajenas Babia y Luna y al que no accederán al menos en dos años; tiempo mínimo en el que se calcula que se desarrolla el PORN. La ausencia de este plan priva además a Babia y Luna de la seguridad jurídica que gozan otras zonas, como Picos de Europa, en las que queda definido de una manera nítida los usos y restricciones, ya que el PORN se impone a la planificación urbanística; aunque en las comarcas hay figuras de protección LIC, Zepa, Reserva de la Biosfera y corredor del oso pardo. Queda que la Junta selle su valía 16 años después de apuntarla. Las ayudas posibilitarán «el desarrollo socioeconómico de la población afectada» LEY DE ESPACIOS NATURALES HECTÁREAS INCLUIDAS El área de influencia del espacio natural alcanza a los municipios de Sena de Luna, Los Barrios de Luna, Cabrillanes y San Emiliano POBLACIÓN AFECTADA La documentación de la Junta establece que se reparten en 38 pueblos