JOSÉ Mª CUERVO | VECINO DE NISTAL CON 780 MCG DE HIERRO EN EL HÍGADO
«Al encontrarme mal, bebía y bebía más agua. Dejé de beber y mejoré»
Diarreas, vómitos, gases, hinchazón, malestar, rugidos de tripa interminables, desánimo. José María Cuervo presentaba todos estos síntomas sin que ningún médico le supiera decir por qué. Los análisis que se hizo este vecino de Nistal, agricultor de profesión, detectaron una concentración de 780 microgramos de hierro en su hígado, niveles que quintuplican los valores normales, establecidos entre 60 y 150 mcg. «Rabajaba el vino con agua y también la leche porque creía que era lo que me hacía daño. Como no me pasaba, bebía y bebía más agua y paseaba, pero tampoco; tenía que desabrochar tres agujeros del cinturón», explica. Esta situación se produjo en febrero del 2007. «Cuando se supo que había arsénico en el agua dejé de beber y ahí empezó la mejoría. Los niveles pasaron a poco más de 500 y ya en febrero de este año bajaron a 220», indica mientras muestra los papeles que certifican la elevada concentración de hierro en su hígado.